Está claro que Irina Shayk sabe medir al detalle sus apariciones en público. Si para anunciar sin palabras su embarazo, mostrando tan solo su incipiente barriga, eligió el megadesfile de Victoria’s Secret en París, para pisar de nuevo una alfombra roja por primera vez tras ser madres no ha podido elegir un evento con mayor alcance internacional: el Festival de Cine de Cannes.

La modelo rusa, pareja del actor norteamericano Bradley Cooper e imagen de la firma cosmética L’Oréal, una de las patrocinadoras del certamen, acaparó este martes todos los flases en el estreno de la película japonesa ‘Hikari’ (Radiance) con un vestido de llamativo color amarillo y bordados de cristal de una de sus firmas favoritas, Atelier Versace, y peinada como las actrices clásicas de Hollywood, con unas ondas sofisticadas, y un maquillaje en tonos suaves y labios rosas.

PODEROSO ESCOTE

Irina no ha arriesgado en la elección de marca ni tampoco en la línea elegida: cuerpo entallado y un poderoso escote, como le gusta a la modelo que estos días ocupa las marquesinas de muchas ciudades con la campaña de ropa interior de la firma italiana Intimissimi.

La modelo acudió después, ataviada con otro vestido, a la cena de celebración de los 70 años del Festival de Cannes.

Su reaparición estelar llega unos días después de que la modelo publicara en su Instagram una imagen tumbada en un flotador sobre la piscina con un biquini negro a las pocas semanas de haber tenido a su hija el pasado marzo, una imagen que ya evidenciaba que ha recuperado su estilizada figura en muy poco tiempo.

Irina estaba deseando volver a Cannes. Así lo hizo saber hace un par de días cuando publicó una imagen suya en una edición pasada de Cannes, también con un vestido de Versace, en su cuenta de Instagram, donde tiene más de 8 millones de seguidores.

Siempre muy esquiva a la hora de hablar de algo que no fuera su trabajo, Shayk ha llevado hasta el límite su maternidad, a diferencia por ejempo de otra embaraza famosa como Beyoncé. Estuvo durante los nueve meses intentando que nadie captara cómo su figura iba cambiando. Shayk y Bradley Cooper -que está rodando junto a Lady Gaga como actor y director una nueva versión de 'Ha nacido una estrella'- iniciaron su relación poco después de que ella rompiera su noviazgo con el jugador del Real Madrid Cristiano Ronaldo y el actor confirmara su ruptura, tras dos años de relación, con la modelo británica Suki Waterhouse, casi 20 años menor que él.