J.K. Rowling vuelve a estar en el ojo de huracán. Su última novela ha desatado nuevamente la ira de los que la acusan de transfobia. ¿El delito? Haber creado el personaje de un asesino en serie, que se disfraza con peluca y faldas, para atacar a una de sus víctimas, una mujer. Un relato de ficción fue lanzado a la hoguera incluso antes de que llegara a las librerías británicas (el pasado martes) por grupos de internautas enfurecidos con la autora de la saga Harry Potter.

'Troubled Blood' es la quinta novela policiaca del detective Cormoran Strike, obras que Rowling firma con el seudónimo de Robert Galbraith. Algunos detalles del relato los dio a conocer por anticipado el periódico conservador 'The Sunday Telegraph'. En la crítica se advertía de que, hay una trama secundaria que va a enfurecer a los críticos de Rowling. En la reseña de Jake Kerridge se atisbaba la tormenta que se avecinaba. "Uno se pregunta cómo reaccionarán los críticos de Rowling, que ya están enfadados con su visión sobre cuestiones de transexualidad, cuando lean este libro cuya moraleja parece ser: nunca te fíes de un hombre con vestido".

"COMPRA SUS LIBROS Y QUÉMALOS"

La mecha estaba encendida y la reacción en las redes sociales fue inmediata. A través de la etiqueta #RIPJKRowling, ‘trending’ en Twitter, se da a la autora por acabada. “En memoria de JK Rowling. No está muerta, pero ha matado su propia carrera odiando a las personas trans”. Entre condenas e insultos, algunos llegan a pedir: “Compra sus libros y quémalos”.

Paris Lees, activista en favor de los derechos de los trans, y columnista en la edición británica de 'Vogue' escribió, “el nuevo libro de J.K. Rowling es sobre un asesino en serie travesti’. Entre tanto, en el mundo real el número de personas trans asesinadas en Brasil ha aumentado un 70% el año pasado, mujeres jóvenes trans quemadas en coches y hombres que nos queman (por ser trans) son perdonados y enviados a casa”. Otra etiqueta #IStand WihJKRowling, defiende a la autora del blanco de lo que muchos consideran “asquerosos” abusos. “De nuevo linchamiento y petición de censura”.

En el caso de Rowling la controversia viene precedida por sus comentarios en junio, cuando criticó en tono jocoso el uso del término “personas que menstrúan”, en lugar de “mujeres”. Su opinión fue tachada de transfóbica y discriminatoria. Se la incluyó en el movimiento de feministas radicales que excluyen a los transexuales.

Tres de los actores de la versión cinematográfica de Harry Potter, Daniel Radcliffe, Emma Watson y Eddie Redmayne, mostraron su desacuerdo con la escritora, que trató de explicarse poco después en un ensayo sobre género e identidad. “Todo lo que pido y todo lo que quiero es que, una empatía y comprensión similares se extiendan a los millones de personas cuyo único crimen es que se escuchen sus temores, sin recibir amenazas y abusos”.

CENSURA Y PENSAMIENTO LIBRE

Rowling no se ha manifestado aún contra esta nueva flagelación pública, pero firmó el pasado mes de julio una carta contra la intolerancia publicada por la revista 'Harper’s' y suscrita por escritores, intelectuales y otros profesionales, como Salman Rushdie, Noam Chomsky o Margaret Atwood, a los que desde España se unieron Mario Vargas Llosa, Fernando Savater, Óscar Tusquets o Sergi Pàmies, entre otros. Todos ellos manifestaban su “preocupación por el uso perverso de causas justas para estigmatizar a personas que no son sexistas o xenófobas”. Una forma según los firmantes de implantar “un régimen de censura y rechazo del pensamiento libre, independiente, y ajeno a una corrección política intransigente”.