La Audiencia Provincial de Madrid juzgará el próximo lunes a Lucía Bosé por un delito de apropiación indebida. Acusan a la matriarca del clan Bosé de quedarse con un dibujo de Pablo Picasso que pertenecía a una empleada suya que falleció, y posteriormente subastarlo junto a otras piezas en Londres. El dibujo alcanzó un valor de 198.607 euros. La Fiscalía solicita una pena de dos años de prisión y una multa de ocho meses con cuota diaria de 20 euros, y la indemnización a las herederas de la fallecida, sus dos sobrinas. La relación entre la actriz, de 87 años, y el pintor malagueño, al que le fascinaban los toros, fue muy cercana. En 1958, Picasso entabló una estrecha amistad con el torero Luis Miguel Dominguín, con quien Bosé estaba casada. Disfrutaron de muchas vacaciones juntos en España y Francia y fue el padrino de su hija pequeña, Paola. Fruto de aquella amistad, Bosé posee una colección de Picassos entre los que se encuentran cerámicas, grabados, dibujos y collages, parte de la cual vendió en el 2008 a través de la casa de subastas Christie’s.