Esta periodista curtida en la radio a la que le apasiona la tele es la reina indiscutible de los 'realities' sentimentales de Cuatro. Mediaset confía plenamente en ella y ya le ha puesto al frente de un montón de programas. Como 'celestina', Luján Argüelles (Salas, Asturias, 1977) ha casado a granjeros, hijos y ahora busca pretendiente para una bella 'princesa' en 'Un príncipe para Laura' (Cuatro), que esta noche (0.10) vive su final. Pero, aunque le gusta ver a la gente enamorarse, ella asegura que las cenicientas ya no esperan a que les pongan el dichoso zapatito.

-Ya está a punto de encontrarle un príncipe a Laura. En esta edición ha habido pocos cambios, aparte de pasar de una guapa rubia a una atractiva morena...

-Hemos hecho pequeños cambios, pero nada sustancial que variara el formato del programa. Como la primera temporada nos había dado muchas alegrías, porque enamoró, en esta solo hemos introducido algunas cosas para darle más vidilla.

-Entre 'nerds' ('freakis' muy inteligentes), simpáticos, guapos y únicos -los cuatro grupos en los que se clasifican los pretendientes-, ¿con cuál se quedaría?

-Yo lo tendría muy difícil, porque los nerds me despiertan una gran ternura y admiración. Aunque los simpáticos me gustan, porque el buen rollito aporta mucho a la pareja. En cuanto a los guapos, el atractivo, ya se sabe, es fundamental, por lo que puede ser una grandísima virtud. Y, claro, los únicos son peculiares, y yo creo que en la peculiaridad también está el éxito de una relación. Por lo que lo tendría complicado. [Ríe]

-¿Cómo lleva eso de ser la celestina de Cuatro? ¿Aspira a quitarle el título a Jesús Puente en la tele?

-Me encantaría que así fuera. Pero solo oír el nombre de Jesús Puente me da vértigo. Quizá se hace esa comparación porque se tratan de programas de amor. Pero ojalá tuviéramos el éxito de él algún día.

-¿Se siente cómoda en el papel?

-La verdad es que me lo paso muy bien, porque a mí me gusta ver cómo se enamora la gente. También en mi grupo de amigos, en mi entorno.

-En 'Un príncipe...' usted se muestra a veces dulce y otras tremendamente Rotenmeyer.

-Sí. Juegas a la ironía. Y me hace gracia hacer de buena y de mala.

-¿La estética ayuda?

-Sí, en esta ocasión la estética que luzco es más de bruja que en la anterior edición. Espero que a la gente le haga gracia y le divierta todo lo que es el envoltorio del programa.

-Ahora, como está soltera, ¿también busca un príncipe?

-Sobre este tema acabo de sacar un libro titulado 'Cenicienta llevaba tacones de 15 cm'. Siempre he defendido, y defiendo en este libro, que nosotras, las mujeres, somos un poco cenicientas, en el sentido de que siempre estamos buscando un príncipe. Pero ahora no somos las pobrecitas que esperamos que nos venga a poner el zapatito, sino que los llevamos con un tacón de 15 centímetros. Con lo cual es más complicado: queremos un príncipe, pero no que nos ponga el zapato.

-Se ve un regustillo feminista.

-Yo creo que es realismo absoluto. Durante muchísimos años, las mujeres hemos vivimos bajo una economía familiar que regentaba el hombre y ahora no es así, lo que ha afectado a las relaciones hombre -mujer. Se trata de un libro divertido.

-¿Qué le diría a aquellos que opinan que 'Un príncipe...' se encuadra dentro de la telebasura?

-La gente siempre tiene que hablar; tener un tema de conversación. Me da pena que siempre hablemos de cosas negativas. Seríamos más felices si respetáramos los gustos de los demás. Este programa le agrada a muchísima gente, que pasa un buen rato viéndolo. Deberíamos aplicar más el respeto y menos la crítica. A quien no lo guste, que no lo vea, y que respete a quien lo haga.

-Cada vez su protagonismo es mayor en estos realities. Y ofrece más momentos de humor. ¿Le gusta explotar su vis cómica?

-En el día a día, con mis amigos y demás, intento usar el humor y desdramatizar las cosas. Igual para mi propia vida soy más pesimista, pero con mi gente siempre intento que terminemos riéndonos de lo que pasa. Así lo llevas mejor. Y a tu círculo le haces la vida más agradable.

-¿Se ve en un programa puramente de humor?

-No sé si estoy preparada para ello, porque no soy humorista, y creo que es dificilísimo serlo. Pero sí me gusta hacer las cosas con humor. Cuando sustituía a Carlos Herrera en Herrera en la onda, siempre necesitaba aflojar un poco la cadera. A mí me apetece y me gustaría hablar de cosas trascendentales para la vida de la gente, pero aflojando la cadera, porque, si no, se convierte todo en un drama. Y es innecesario dramatizar. Hay que buscar soluciones e intentar seguir para adelante, hija.

-¿Para olvidar todo lo negativo?

-No. Hay que tener nuestros espacios de tranquilidad más que de olvido. Más que nada, porque si olvidas un problema, no lo resuelves. Mejor intentar aparcarlo un momento, disfrutar y coger energía.

-¿Intervendría en una serie?

-Respeto mucho el trabajo de un actor y para ello hay que tener materia. No sé si yo podría. Ahora bien, un cameo sin mayor trascendencia, sí. Y como eso, mil cosas. Como bailar en un programa de baile...

-Su primera princesa, Corina, se ha revelado como una gran bailarina en '¡Mira quién baila!' (TVE). ¿Usted también se atrevería?

-Creo que sí. Porque te lo pasas bien y aprendes cosas. En un concurso de baile, a bailar; en uno de saltos, algo nuevo en tu vida. Que vayas teniendo experiencias siempre va bien.

-¿He oído bien? ¿Se atrevería a participar en 'Mira quién salta'?

-Creo que hay que atreverse a todo. Porque si no es que tienes miedo. Los miedos nos los inculcan de niños y son innecesarios. Te bloquean.

-¿También iría a 'Supervivientes'?

-Viendo a mis compañeros y a algunos de mis concursantes en Supervivientes en Honduras, me parece una experiencia durísima para la que tienes que estar preparado y saber muy bien a qué te enfrentas. Pero, en un momento determinado de la vida, si hay que enfrentarse a algo, se hace. Aunque ahora mismo mi única motivación sería la de adelgazar. Y prefiero hacerlo en mi casa tirada en el sofá [ríe]. Pero no hay que decir que no en la vida, porque no sabes lo que te van a ofrecer.

-Hace poco la vimos de cocinera en el concurso de Cuatro 'Mi madre cocina mejor' que la tuya, compitiendo con Juanra Bonet.

-Sí, y el premio quedó desierto, porque hicimos tal estropicio...

-No tiene miedo al ridículo, veo.

-No. Cuando nos dijeron que si podíamos hacer una colaboración para lanzar el programa, sabía que sería un desastre. Pero el espectáculo requiere ser un desastre y yo no tengo problema en reírme de mí misma. Es muy higiénico.

-¿Eso demuestra seguridad?

-Reírte de ti y lograr que los demás se rían contigo es maravilloso. Yo ya sé cuáles son mis defectos y los asumo. No soy una 'superwoman'. Pero no conozco a nadie que lo sea.