Madonna últimamente dosifica sus apariciones, pero cumplir 60 años es motivo suficiente para salir en una portada y asegurar que sigue en la brecha. La diva del pop copa el número de agosto de Vogue Italia para celebrar su aniversario, el próximo jueves. Y, entre otras cosas, revela que estuvo sopesando instalarse en España, concretamente en Barcelona, aunque al final se decantó por Lisboa. De hecho, durante un tiempo en la ciudad condal se dio por hecho este cambio de residencia, ya que la cantante norteamericana se había interesado por un amplio inmueble modernista. La empresa que gestiona el edificio, Bonavista Developments, llegó a asegurar en su web que entre sus inquilinos potenciales figuraba la reina del pop.

«Una de las razones de que estemos viviendo en Lisboa desde el año pasado es que mi hijo David quiere ser jugador de fútbol profesional -aclara la artista-. He hecho todo lo que he podido por inscribirle en las mejores academias para que se formara con los mejores entrenadores, pero el nivel del fútbol en Estados Unidos es muy inferior al del resto del mundo. Comprendí lo frustrante que era para él y me pareció que era el momento de hacerlo. Dudé entre dos ciudades con importantes canteras futbolísticas: Turín y Barcelona. Finalmente me decanté por Lisboa porque era la mejor opción en todos los aspectos». David, que cumple 13 años el próximo 23 de septiembre, se entrena actualmente en las categorías inferiores del Benfica, que junto con el Oporto son los dos equipos más importantes de Portugal.

CAMBIO DE AIRES / Otro de los motivos para hacer las maletas e instalarse en Lisboa -primero en el hotel Pestana Palace y después en el palacio Ramalhete, mientras siguen las obras en la Quinta del Sol de Sintra- se llama Donald Trump. Madonna fue de las pocas que cumplió su palabra de exiliarse del país en caso de que el empresario llegara a ocupar la Casa Blanca. Con su habitual ironía, la diva pop recuerda: «Creí que necesitábamos un cambio y quería estar lejos de América al menos durante una temporada. Como ya sabréis, el país no está atravesando su mejor momento. No es que marcharme suponga ninguna diferencia ni sea tampoco algo nuevo para mí. Ya viví en Londres durante 10 años. Me gusta plantearme retos y asumir riesgos».

El reportaje de Vogue Italia se titula Just one day out of life y en él la estrella, además de lucir un envidiable cuerpo, habla de su vida en la capital lusa. Eso sí, sin entrar en polémicas sobre asuntos espinosos como las plazas de aparcamiento para su flota de coches conseguidas a bajo precio gracias al ayuntamiento. La cantante adelanta además que el ambiente musical lisboeta estará muy presente en la composición de su próximo disco, que saldrá a la venta el año que viene. Madonna ha conocido de cerca el fado y se ha rendido a sus pies.

La ciudad de las siete colinas ha sido también el escenario en el que la pareja de fotógrafos Mert Alas y Marcus Piggott (Mert & Marcus) ha realizado la espectacular sesión de fotos para la revisa italiana, con agradecimientos incluidos a Turismo de Lisboa. Madonna se muestra pletórica en las imágenes.

Posa con cuatro de sus seis hijos, los pequeños de origen malauí que viven con ella en Lisboa y estudian en el Liceo francés: David Banda y Mercy James, de 12 años, y las gemelas Stella y Esther, de 5. «Mucha gente me dice que se nota que quiero que mi hijo se convierta en un futbolista de éxito, que mi hija mayor Lourdes sea bailarina y que Rocco sea pintor. Yo siempre les contesto que no, que lo único que deseo es que sean seres humanos cariñosos, compasivos y responsables, que respeten las diferencias, el color de la piel, la religión y el sexo», afirma en la entrevista.

En las imágenes fuma como una diva a la luz de las velas, posa con un caballo o aparece con sus hijos y rodeada de amigos en un bar del barrio de Alfama.

Recientemente, Madonna contribuyó a la inauguración del Instituto Mercy James de Cirugía Pediátrica y Cuidados Intensivos en Malawi.