Hace tan solo unos días salieron a la luz una serie de vulnerabilidades en la seguridad de las redes wifi conocidas como KRACK, siglas en inglés de ataque de reinstalación de clave (Key Reinstallation Attack). El protocolo de seguridad WPA2, utilizado para proteger la gran mayoría de conexiones inalámbricas, había sido hackeado, comprometiendo la seguridad del tráfico de red wifi y exponiendo la información personal de millones de usuarios.

La debilidad, identificada por los investigadores belgas Frank Piessens y Mathy Vanhoef, podría afectar al 41% de los dispositivos que funcionan con un sistema operativo Android. Con la irrupción de estas nuevas amenazas, los ciberdelincuentes podrían aprovechar las vulnerabilidades en la seguridad de las redes inalámbricas para interceptar credenciales de acceso, datos sobre tarjetas de crédito, correos electrónicos o información personal. Los ciberdelincuentes también podrían inyectar ransomware u otro contenido malicioso en un sitio web, lo que significa que incluso un sitio web de aparente confianza podría estar ofreciendo un enlace o anuncio que realmente conduce a un programa u otro contenido malicioso.

Pero, ¿cómo pueden los usuarios protegerse de estos ataques y conectarse a la red de forma segura? Uno de los primeros pasos a seguir es mantener oculta la dirección IP mientras se conectan a redes wifi públicas o abiertas, dado que esto permitirá que tanto su ubicación como su información (datos bancarios, contraseñas, credenciales, etcétera) permanezcan seguras. Los usuarios deben asegurarse de instalar actualizaciones de seguridad en sus dispositivos. De esta forma pueden evitar, en la medida de lo posible, cualquier vulnerabilidad en los sistemas.

El router es el elemento más importante para proteger la red inalámbrica. Es recomendable consultar el sitio web del fabricante del dispositivo correspondiente para conocer los detalles y el estado del parche para protegerse de KRACK.