A la segunda fue la vencida. Tras el bochornoso fracaso que cosechó hace 12 meses por una desgraciada concatenación de fallos técnicos, Mariah Carey prometió que volvería, y así fue. Y esta vez logró realizar una buena actuación en la tradicional y multitudinaria fiesta de Año Nuevo que se celebra en la neoyorquina Times Square. Su show se saldó sin problemas y con la artista en plena forma, demostrando sus poderes. Y eso que no se celebró en las mejores condiciones: las actuaciones, tanto de Carey como de Andy Grammer y Nick Jonas -que amenizaron la espera de la bajada de la bola, de más de cinco toneladas-, fueron seguidas en directo por centenares de miles de asistentes que tuvieron que soportar temperaturas gélidas (12 grados bajo cero) durante varias horas. Carey interpretó dos de sus grandes éxitos de los 90, Vision of love y Hero, y tuvo coraje para bromear sobre su fracaso del año pasado: simuló que buscaba por el escenario un té caliente que le habían prometido, pero no lo encontró. «¡Oh, esto es un desastre!», exclamó riendo.