—¿Por qué canta?

—Es mi pasión. Con 57 años de carrera no me he cansado.

—Su primer trabajo fue de recadero en una sastrería. ¿El mundo de la moda se perdió a un genio?

—Nooo. Yo soy lo que tenía que ser. Creo que eso estaba escrito. Y he trabajado para que esto ocurriera.

—Eso de que le consideren un autor ‘indie’ con 57 años de carrera, ¿cómo se lleva?

—Bien. Porque tienen razón. Siempre he sido un adelantado a mi tiempo. Siempre pregunto: ¿mañana, qué?

—¿Incorporar la electrónica a la tradición sinfónica es un experimento o seguirá ese camino?

—Me temo muy mucho que voy a seguir por ahí. Soy un eterno inconformista. Cuando hablé con Lucas Vidal, que es quien ha hecho los arreglos, le dije que quería «un re, un algo más». Se llevó las canciones a Estados Unidos y juntó el sonido sinfónico con el electrónico. Es la primera vez que se hace.

—Si un extraterrestre hubiera aterrizado ayer en España, ¿cómo le explicaría lo del 8-M?

—Se hubiera quedado pasmao. Pero si se hubiera informado de cómo está la cosa en España y en el mundo... Las cosas oficiales tardan más de lo debido, pero, por supuesto, está más cantado que La Traviata que la mujer es exactamente igual que el hombre, en derechos y en todo.

—¿Se considera feminista?

—Sí, pero tampoco voy publicándolo por ahí, porque es normal. Somos seres humanos.

—Si el extraterrestre viera un bus con la cara de Hitler, ¿qué le diría?

—Que se había equivocado de época.

—¿De Cataluña hay que hablar digan lo que digan los demás?

—Sí. Barcelona conmigo ha sido maravillosa siempre, toda mi vida. Estuve el 6 de octubre pasado, cuando salieron todas las banderas españolas. Ese día yo canté en el Sant Jordi.

—¿Y le preocupa lo que pasa?

—Sí, porque sé que en el fondo todo eso tiene arreglo. No sé cómo. No soy político, ni quiero.

—¿El amor es mejor cuando todo está oscuro, como en ‘Mi gran noche’?

—No. Las cosas hay que verlas. Para poder enamorarse hay que ver, no solo intuir.

—¿Es creyente?

—Sí, pero no beato. Hay una gran diferencia. El beato es el que dice sí a todo sin preguntar por qué a nada. Yo quiero creer que hay algo más allá.