Los rumores palaciegos se han desatado. Enrique y Meghan se marchan del palacio de Kensington, la que hasta ahora ha sido su residencia oficial. Dejarán de ser los vecinos de Guillermo y Kate. Una mudanza súbita que reflejaría las tensiones existentes entre las dos parejas y en especial entre las cuñadas reales. La prensa británica habla de la «frialdad» entre la duquesa de Cambridge y la de Sussex y asegura que, «no se llevan bien».

Desde hace semanas abundan los dardos contra Meghan de comentaristas, que citan fuentes próximas a palacio. La esposa de Enrique habría irrumpido como un ciclón en el rígido estilo de la corte, con un ritmo de trabajo y exigencias que forzó la dimisión de su asistente personal. Meghan «opina» demasiado, no siempre se viste como manda el protocolo, quiere hacer cosas y hacerlas a su manera. Enrique está decidido a apoyarla con una actitud, «más bien dictatorial», según una fuente citada por el Daily Mail. «Lo que Meghan quiere, Meghan lo tiene», habría advertido el príncipe a los miembros del servicio, irritados con su actitud.

La tirantez entre Meghan y Kate habría afectado a la relación entre Enrique y Guillermo, que desde la niñez y frente a la desgracia siempre se han apoyado. Los príncipes, que hasta ahora han compartido el mismo personal, podrían ahora separar formalmente sus equipos de forma que eso «refleje mejor sus diferentes responsabilidades».

El lugar donde se van a instalar Enrique y Meghan, coincidiendo con el nacimiento de su primer hijo, se encuentra dentro de la finca que rodea el castillo de Windsor. Su nuevo hogar será Frogmore House, una casa de campo del siglo XVII, que es residencia real desde 1792. Actualmente la mansión está deshabitada, pero durante un tiempo albergó a los empleados de la familia real.

La vivienda está siendo sometida a una reforma para transformar las cinco unidades actuales en una casa de diez habitaciones. La obra costará al erario algo más de cinco millones de euros y debería estar concluida antes del nacimiento del bebé, a principios de primavera. Nottingham Cottage, en el palacio de Kensington, donde ahora residen, solo tiene dos habitaciones. El matrimonio dispondrá de más espacio y privacidad. Eso les permitirá acoger sin estrecheces a la madre de Meghan y futura abuela.