La victoria en los juzgados de Meghan Markle contra el 'Mail on Sunday' por violación de privacidad y la próxima emisión de la entrevista de los duques de Sussex, este domingo en 'prime time' en el programa de Oprah Winfrey, tienen de los nervios a la prensa y a la corona británica, que acaban de responder con un doble ataque a través de 'The Times', periódico al que los abogados de los duques de Sussex acusan de haber sido utilizado "por el palacio de Buckingham para vender una narrativa completamente falsa" sobre ellos justo antes del esperado especial informativo de 90 minutos que emitirá la CBS.

Coincidiendo con toda esta expectación alrededor de Enrique (36) y Meghan (39), varios trabajadores del palacio de Kensington han revelado a 'The Times' la queja de 'bullying' que formularon contra Meghan Markle en octubre de 2018, cuando la esposa del príncipe aún era miembro de la familia real. Según el diario, la denuncia fue tramitada por Jason Knauf, entonces secretario de comunicaciones de la pareja en Kensington. En concreto, Knauf informó del supuesto comportamiento de Meghan a Simon Case, secretario personal del príncipe, y a la jefa de recursos humanos de Clarence House. "Parece que la duquesa siempre tiene a alguien en el punto de mira. Está acosando a Y y tratando de minar su seguridad en sí misma. No paramos de recibir informes de gente que ha sido testigo de actitudes inaceptables hacia Y", se lee en el correo enviado por Knauf. En la misma misiva también se mostraba muy preocupado por el acoso que habían recibido dos empleados que finalmente se marcharon de Kensington, y por el "la merma de confianza" y el "estrés" que tenía que soportar la secretaria personal de Meghan entonces, Samantha Cohen.

Intercesión de Enrique

Ante tales informaciones, el Palacio de Buckingham ha confirmado que ha abierto una investigación sin precedentes para esclarecer tales acusaciones.

El periódico sostiene que, en 2018, Knauf, elevó una queja por la situación al considerar que al menos un miembro de la plantilla podía haber sido "humillado" por la duquesa, pero el príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel II, le "rogó" que no siguiera adelante con sus pesquisas.

Al ver que la queja no prosperó, Knauf renunció a su puesto, aunque luego fue contratado como asesor por el príncipe Guillermo y actualmente es el director ejecutivo de la fundación del hermano de Enrique.

Las fuentes que cita 'The Times' han relatado que Meghan quería aparecer ante la sociedad como una "víctima" y presentar su papel en la familia real como una "experiencia insoportable" para convencer a Enrique que debían abandonar el Reino Unido. Lo cual acabó produciéndose. En enero de 2020 los duques anunciaron su intención de dar un paso atrás como miembros activos de la monarquía británica y dejar de residir en el Reino Unido. Actualmente tienen fijada su residencia en California (EEUU).

"Preocupación" en palacio

Tras las revelaciones, el Palacio de Buckingham ha expresado en un comunicado su "preocupación" por las acusaciones vertidas sobre Meghan. "Nuestro equipo de recursos humanos evaluará las circunstancias que se citan en ese artículo. Miembros de la plantilla que estuvieron involucrados en ese momento, incluidos aquellos que han dejado la casa, serán invitados a participar (en las pesquisas) para ver si se pueden aprender lecciones", señala la nota de la residencia oficial de la reina Isabel II, que recuerda que todos sus empleados se rigen por unas normas de "dignidad en el trabajo" que llevan "varios años" vigentes y "no tolera ni tolerará acoso o intimidaciones" a sus empleados.

Los pendientes de la polémica

Por si esto no fuera suficiente, 'The Times' también revela que los pendientes de Chopard que Meghan lució durante una cena oficial en Fiji en 2018 fueron un regalo de bodas que le hizo Mohamed bin Salman, el controvertido príncipe heredero de Arabia Saudí que tres semanas antes habría ordenado el asesinato del periodista Jamal Khassoggi. Kensington recibió instrucciones de explicar a los medios de comunicación que los aretes de araña fueron "prestados", cosa que hizo la prensa que cubrió aquella cita. Ahora, un asistente ha afirmado al diario de que el duque y la duquesa dijeron que los pendientes fueron prestados por un joyero. Sin embargo, los abogados de la duquesa han aclarado a 'The Times' que, si bien ella pudo haber dicho que las joyas fueron prestadas, no dijo que se las prestara un joyero, por lo que no habría mentido a nadie sobre su procedencia.

Horas después de trascender todas estas informaciones, este jueves por la mañana se ha divulgado un nuevo avance de la entrevista de Oprah Winfrey, en el que Meghan acusa a la casa real de "perpetuar" las mentiras sobre el príncipe Enrique y ella. "¿Cómo te sientes acerca de que el Palacio de Buckingham te escuche contar tu versión?", pregunta Winfrey en el extracto de 30 segundos. "No sé cómo ellos podrían esperar que, después de todo este tiempo, estaríamos simplemente callados si La Firma [como se refiere a la corona británica] está jugando un rol activo para perpetuar mentiras sobre nosotros", asevera Markle, actualmente embarazada de su segundo hijo. "Y si eso viene con el riesgo de perder cosas, hay mucho que ya se ha perdido", añade.

Entrevistas en la tele

'Oprah with Meghan and Harry' es el título del especial que emitirá CBS este domingo. El pasado lunes se desveló otro adelanto de esta entrevista en la que el príncipe Enrique admitió que temía que se repitieran los problemas que afrontó su madre, Diana de Gales, cuando quedó fuera de la familia real británica. Diana de Gales se separó del príncipe de Gales y heredero al trono británico en 1992 y, años después, se divorció. La princesa perdió la vida el 31 de agosto de 1997 en un accidente en París.

"Mi mayor preocupación fue que la historia se volviera a repetir. Para mí, estoy realmente aliviado y contento de estar sentado aquí, hablando con usted y con mi mujer a mi lado", dice durante la entrevista.

Para echar más leña al fuego, la semana pasada Enrique aseguró en otra entrevista con James Corden que había abandonado su trabajo en la familia real por culpa de los medios británicos. "Todos sabemos cómo es la prensa británica, y estaba destruyendo mi salud mental, era tóxico. Así que hice lo que cualquier marido y padre hubiera hecho: 'Tengo que sacar a mi familia de aquí'", detalló.