El cantante Miguel Bosé se ha acogido a su derecho a no declarar contra su madre, Lucía Bosé, en el juicio en el que se le acusa de apropiarse indebidamente y luego vender por casi 200.000 euros un dibujo que Picasso regaló en 1963 a su sirvienta, Remedios de la Torre, con la inscripción Para Reme. En una videoconferencia desde México, Bosé, que fue citado como testigo, contestó a la magistrada: «No voy a declarar nada en contra de mi madre. Muchas gracias».

El pasado 5 de noviembre, la vista oral se suspendió al aceptar la Sala la petición de una de las partes de que declarara Miguel Bosé, después de que uno de los hermanos de la familia de Remedios, los denunciantes, afirmara que el dibujo en cuestión se lo regaló la sirviente, más conocida como Tata, al cantante. Su madre siempre ha declarado que era suyo porque se lo había dado Remedios.

Tras la comunicación con el testigo, el juicio ha entrado en su última fase, la de conclusiones. La fiscala tomó la palabra para exponer que considera probado la apropiación indebida porque la única prueba que hay «concreta y objetiva» es que el dibujo fue regalado por el pintor malagueño a Remedios, como así firma por detrás como dedicatoria. «Es la prueba fundamental del procedimiento», dijo.

Además, sostuvo que durante el juicio no se ha materializado ningún tipo de prueba sobre una supuesta donación de la sirvienta a Lucía Bosé, por lo que «hay una apropiación indebida y perjuicio a los herederos (de Reme) y su obligación era devolverlo». La Fiscalía pide para la procesada dos años de prisión y una multa de ocho meses con cuota diaria de 20 euros, además de la correspondiente indemnización para los perjudicados.

Por su parte, una de las acusaciones particulares, que se adhirió a las conclusiones del Ministerio Fiscal, señaló que Remedios era una «analfabeta funcional» que no entendería lo que era una donación y que era «fácilmente manipulable y engañable» por su señora. Y ve probado que el dibujo en cuestión fue regalado por Picasso a la Tata.

Lucía Bosé tomó la palabra al final, asegurando que durante el juicio «se han dicho muchas mentiras». «La Tata ni lo cogió, ni lo tocó. Quédese usted con él, me dijo. Estaba el torero delante, Picasso, yo y los niños. ¿Cómo voy yo a robarme un cuadro?».