Miguel Herrán, el actor de las series Élite y La casa de papel ha sido la portada de la revista Mens&Health España, donde reconoce que en el pasado sufrió vigorexia. «No era una persona que tuviera sueños ni esperanzas. Era un tío que se hundía en un pozo y hundía con él a todo el que quería», explica en la entrevista. Hasta que llegó el actor y director Daniel Guzmán y lo reclutó para la película A cambio de nada. Su suerte cambió y logró con ese primer papel el Goya a mejor actor revelación.

«Con 13 o 14 años mis amigos me llamaban Conan The Barbarian por lo grande que estaba... y es que, al ser pequeño de estatura, siempre quise crecer a lo ancho. He sido un obseso, he tenido vigorexia, me veía delgado pesando 80 kilos. Ahora, con 67, me veo perfecto. Sé que no tengo una tableta espectacular, pero es un cuerpo que funciona, que tiene equilibrio, que es elástico. Y, sobre todo, es el que me ha tocado. Mi herramienta y mi templo», asegura en la revista, en la que alerta de los peligros de esta enfermedad.