En Arabia Saudí lo conocen como Mr. Everything, porque toca todos los palos del poder. La defensa, la política exterior, el banco central, los asuntos de desarrollo y el productor petrolero estatal Aramco. Mohammed bin Salman (Yeda, 1985), el (nuevo) príncipe heredero, es visto por los súbditos -el 70% de la población tiene menos de 30 años- como el timonel de un cambio que permitirá conducir a las mujeres, abrir cines y hasta montar un Hollywood igual al de California.

CRUEL Y VIAJERO / Con esa idea de apertura para los suyos -para Yemen, es el cruel causante de la mayor crisis humanitaria de la zona-, Bin Salman se ha ido de tournée por EEUU, ocupando en cada parada 285 habitaciones de hotel para él y su séquito. El lunes tocó Los Ángeles, con cena en la mansión de Bel Air de Rupert Murdoch, el CEO de la Fox, donde se pudo codear con estrellas como Morgan Freeman, Michael Douglas, James Cameron y Dwayne La Roca Johnson. Fuera, el grupo feminista Code Pink blandía una sonora protesta por las mujeres yemenís y sus familias).