Esta vez no ha sido un arresto porque el vuelo tenga overbooking, ni porque haya prohibido embarcar a unas pasajeras por llevar leggins, ahora, la última polémica de United Airlines se debe a la muerte de un perro al que una auxiliar de vuelo de la compañía estadounidense obligó a viajar durante tres horas y media dentro del portaequipajes de la cabina. Cuando el avión tocó tierra el bulldog francés de 10 meses había muerto. Se asfixió.

Tras el nuevo escándalo, United Airlines asegura que asumirá "toda la responsabilidad". Y el Departamento de Transporte de EEUU está estudiando el caso para aplicar posibles sanciones. Ha sido el senador John Kennedy quien, este miércoles, ha enviado una carta al presdiente de la compañía, Scott Kirby, exigiendo información sobre la gran cantidad de animales que han muerto "a manos de la aerolínea". En Twitter ha difundido que planea presentar un proyecto de ley este mismo jueves para prohibir a las aerolíneas que los animales viajen en los compartimentos superiores.

Kennedy, en defensa de las mascotas

"Los infractores se enfrentarán a grandes multas. Las mascotas son familia", ha escrito Kennedy. En su carta sostiene que el "patrón de muertes y lesiones de los animales es simplemente imperdonable". Citó cifras del Departamento de Transporte: de los 24 animales que murieron en las aerolíneas norteamericanas durante el año pasado, 18 de ellos fueron en vuelos de United Airelines.

Según el relato de varios pasajeros del vuelo 1284, una azafata exigió a una mujer, Catalina Robledo, que viajaba con sus hijos y el cachorro, que debía olocar al perro en el portaequipajes de cabina mientras durase el vuelo. Le aseguró a la pasajera que el bulldog estaría seguro y que si no obedecía ni ella ni su familia podrían volar en ese avión.

Cuando llegaron al aeropuerto de LaGuardia, la dueña de la mascota abrió el compartimento y la encontró muerta.

"No puede respirar ahí dentro"

La hija de Robledo, de 11 años, Sophia Ceballos, en una entrevista para la CBS, ha explicado su reacción cuando la asistente ordenó que la bolsa del perro se colocara en el compartimento superiror. "Yo les dije: 'Es un perro, es un perro. No puede respirar ahí dentro'. Pero a la azafata no le importó", relató.

La familia ha contado a la misma cadena que Kokito, como se llamaba la mascota, ladró durante las dos primeras horas y luego se quedó en silencio. También han relatado que no pudieron coger al perro debido a que hubo turbulencias durante el vuelo y tenían la obligación de permanecer sentados.

El incidente también está siendo investigado por la Administración Federal de Aviación, que "revisará la investigación de la aerolínea", según ha dicho el portavoz del departamento, Greg Martin.

"Insistieron en que el cachorro estuviera encerrado durante tres horas sin ningún tipo ventilación", ha compartido en las redes June Lara, una de las pasajeras de aquel mismo vuelo.

Según United, a pesar de que la dueña del cachorro le dijo a la azafata que había un perro en el maletín, la azafata no escuchó o no entendió que había una mascota en la bolsa, por lo que colocó al perro en el compartimento superior sin ser consciente de que dentro iba una mascota.

Según United, su investigación ya ha terminado, y los 125 dólares que Robledo pagó por volar con su perro en cabina ya se le han reembolsado.

Nuevas etiquetas brillantes

La compañía asegura que el próximo mes colocará etiquetas de colores brillantes para las bolsas de las mascotas que viajan en cabina y así ayudar a los asistentes de vuelo a identificar fácilmente las que transportan animales.

La aerolínia no sale de una polémica cuando ya se mete en otra. El pasado verano un conejo gigante y un perro murieron en sendos de sus vuelos. La pasada primavera, un hombre fue arrastrado desde su asiento y por el pasillo de un avión estacionado de United para dejar espacio a un empleado de la aerolínea.