“Todo lo bueno que me puede pasar, me está pasando”. Orgulloso y feliz, Francisco 'Kiko' Rivera Pantoja presumía hace unos días de su nueva vida. Su salud ha dado un salto cualitativo, reconoce, desde que perdió peso tras implantarse una banda gástrica el pasado verano. Se encuentra mejor con su cuerpo, por lo que lo muestra en las redes sociales, y más ágil, lo que le permite disfrutar aún más de las niñas de sus ojos, la pequeña Ana y Carlota, una bebé muy esperada que llegaba al mundo este martes en Sevilla después de que Irene Rosales se sometiera a un parto programado, según ha adelantado la periodista Sandra Aladro en 'El programa de Ana Rosa'. Con la llegada de esta niña, el DJ se convierte en padre de familia numerosa, dado que ya tiene también a Francisco, de 5 años, fruto de su relación con la modelo Jessica Bueno.

Atrás quedan los años de un joven parodiado como ni-ni, con escaso éxito en los proyectos empresariales que emprendía y con algún que otro problema con Hacienda: incumplimientos de contratos profesionales o de alquiler e impagos al fisco llevaron a decretarle varios embargos preventivos. Un calvario judicial que se juntó con el peor momento de la familia, con la matriarca Isabel Pantoja cumpliendo condena en prisión por un delito de blanqueo de capitales. Y por si fuera poco, el clan no dudaba en mostrar públicamente las desavenencias internas, con Chabelita haciendo gira por los platós de televisión y revistas para airear los trapos sucios.

Ahora todo eso parece ser agua pasada. La cantante salió de la cárcel y tras un tiempo enclaustrada en Cantora, la finca heredada de Paquirri, se dedicó a la promoción de su nuevo disco ‘Hasta que se apague el sol’, aunque fortuna desigual y apenas una decena de actuaciones a uno y otro lado del charco. Un 'impasse' que le ha permitido disfrutar de sus nietos e incluso estar presente en el hospital para ver llegar a su cuarta nieta, ya que cuando nació Ana todavía estaba presa y solo pudo desplazarse ya días después tras solicitar un permiso. El DJ, por su parte, también ha intentado aumentar el número de actuaciones para hacer frente a sus compromisos con Hacienda, según contaba su mujer, “como puede y cuando puede”.

Sin embargo, a sus 33 años el gran cambio ha sido el físico. Tanto, que incluso no ha dudado en presumir de “tableta de chocolate” en las redes sociales, posando sin camiseta para dar cuenta de que los nuevos hábitos alimenticios, unidos a la operación médica, dan sus frutos. El DJ ha perdido más de 20 kilos, lo que le permite moverse con facilidad y cansarse menos, mitigandose además sus problemas de salud, como explicaba en su revista de cabecera 'Hola', y potenciar su faceta como padrazo. Así, estas últimas semanas ha ido dejando testimonio de sus paseos por Sevilla junto a su hija mayor para enseñarle Triana, el barrio en el que se crió, o la complicidad que tienen ambos, mostrando incluso momentos cotidianos como el baño de la pequeña. Una complicidad que no puede mantener con la frecuencia que quisiera con Francisco, el hijo que tuvo con la modelo Jessica Bueno y que tras la separación reside habitualmente con su madre fuera de España.

Rivera también ha dado muestras de la fortaleza de su unión con Irene, con quien se casó en octubre de 2016, tras los rumores que hace unos meses apuntaban a una posible infidelidad por parte del músico. “Encontrarte fue lo mejor que me pasó jamás”, le dedicaba, agradeciéndole además “haber formado una maravillosa familia” que ahora tiene un nuevo miembro.