Una inesperada crisis está dando al traste a última hora con los planes de la fabulosa boda del príncipe Enrique y su prometida Meghan Markle. A cuatro días del enlace real y con todo a punto en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, la novia no sabe aún quién la acompañará al altar. Thomas Markle debía ser el padrino de Meghan, pero el jubilado que vive retirado en México, ha renunciado a viajar al Reino Unido, según anunció la página de información americana TMZ, especializada en la vida de los famosos.

El septuagenario no quiere poner en una situación embarazosa a su hija, avergonzado después de saberse que posó para un paparazzi en varias fotos, que en principio parecían aparentemente robadas. Los portavoces del Palacio de Kensington incluso condenaron su publicación y pidieron que se respetara la privacidad del padre de Meghan.

Las imágenes se vendieron en todo el mundo por 84.000 euros, según el Daily Mail. Y en ellas aparecía en un sastre de Rosario, donde vive, tomándose medidas para hacerse un traje, supuestamente para la boda y en otras buscando en internet fotos de su hija con el príncipe Enrique. Thomas Markle también habría sufrido un amago de ataque al corazón hace unos días.

En declaraciones el martes a la cadena británica ITV, Samantha Markle, hermanastra de Meghan, con la que no ha hablado desde hace tres años, relató que su padre ha sido perseguido por una horda de paparazzi desde el anuncio de la boda. El «stress enorme» al que ha sido sometido, está repercutiendo en su salud y en los últimos días ha sufrido «dolores en el pecho y una crísis cardíaca». También aseguró que para corregir la mala imagen que los medios estaban dando de él, cometió el error de pactar la sesión de fotos. A Thomas Markle le habían pillado hace unos meses «en circunstancias desfavorables», como él ha explicado ahora a TMZ, a modo de justificación, «comprando cerveza, sólo y desaliñado». Las fotos pactadas con el paparazzi pretendían mejorar su imagen, si bien ahora se arrepiente «profundamente». Tras el silencio inicial, el lunes el palacio de Kensington no quiso precisar si finalmente Thomas Markle acudirá a la ceremonia. Los medios británicos coinciden en que Meghan está muy dolida y preocupada por la salud de su progenitor.

El padre de la exactriz debía llegar esta semana a Londres para conocer a su futuro yerno y ser presentado al resto de la familia real. Doria Ragland, la madre de la prometida, que ya se encuentra en la capital británica, estaba invitada, junto a su exmarido, del que se divorció hace 30 años, a tomar té con la reina Isabel II antes del enlace.

Si Markle no se presenta finalmente en Windsor, le podría sustituir Doria, la madre, o el príncipe Carlos, padre del novio, o quizás el príncipe Guillermo. Otra posibilidad es que Meghan haga sola el paseíllo nupcial, lo que sin duda apreciarían muchas feministas, pero complacería bastante menos a muchos tradicionalistas.