Las pasarelas internacionales dan un paso al frente y apuestan por la inclusión de diversos cánones de belleza. Modelos con enfermedades o síndromes y jóvenes con discapacidades son los nuevos protagonistas de la industria fashion. Karl Lagerfeld ya vaticinó hace años que «no es necesario que una modelo sea bonita, solo debe poseer algo que la haga interesante y atractiva de mirar, para así hipnotizar a quien la vea». Y hace unas semanas Chanel recogió esta idea al anunciar el fichaje de su primera modelo transgénero como imagen de su nueva línea de belleza.

No hay duda de que los tiempos están cambiando y en este contexto Daisy-May Demetre, una niña de 9 años, ha visto cumplir su sueño al desfilar en la New York Fashion Week, después de que el equipo creativo de la firma Eni Heged’s-Buiron la viese en la Semana de la Moda Infantil de Londres.

Esta pequeña de Birmingham (Inglaterra) nació con una malformación congénita en ambas piernas llamada hemimelia fibular y caracterizada por la ausencia parcial o completa del peroné: en su caso, en una de las extremidades este era muy corto y en la otra le faltaba por completo. La enfermedad afectaba gravemente a su movilidad y su equilibrio, por lo que los médicos decidieron amputarle ambas piernas cuando tenía tan solo 18 meses y le colocaron prótesis para que aprendiera a andar.

Daisy se ha convertido en la primera persona con una doble amputación que desfila en una pasarela. La niña aseguró en el programa This morning estar «realmente emocionada» y ahora ya prepara su próxima cita en la Semana de la Moda de París.

Otro caso reciente es el de Mireia Mendoza, que sufre una enfermedad llamada síndrome de Usher, que causa la pérdida de visión y audición, y que se la pudo ver en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid en julio. La carrera de esta mallorquina, de 25 años, que desfiló para la diseñadora María Lafuente, no ha hecho más que empezar. Hace unos meses, en la Semana de la Moda de Milán, se convirtió en la primera modelo sordociega que sube a una pasarela. Mendoza, que comparte fotos y vídeos en su cuenta de Instagram, escribió entonces: «Mi síndrome de Usher quiere dar visibilidad».

‘ÁNGEL’ DE VICTORIA’S SECRET

Fascinó al mundo al aparecer en America’s Next Top Model sin esconder su vitiligo, una enfermedad degenerativa que causa la despigmentación de la piel y pocos meses después, Winnie Harlow protagonizó su primera campaña de moda para Desigual, con el lema Desigual y los lunares que derrochan actitud, una frase que hace referencia a las manchas que tiene desde los 4 años.

A la joven canadiense, primera modelo que ha logrado subir el vitiligo a la pasarela, se la rifan las grandes firmas e incluso en septiembre del 2018 fue confirmada como ángel de Victoria’s Secret para el desfile de ese año.

Otro caso de modelo diferente es Jamie Brewer, que saltó a la fama tras aparecer en la serie televisiva America story y en el 2015 se convirtió en la primera modelo con síndrome de Down que subió a la pasarela de la Gran Manzana. Lo hizo para Carrie Hammer, que la invito a a participar en su proyecto Role models not runway models (Las modelos a seguir, no las modelos de pasarela). Y como su objetivo es que el diseño llegue a la calle, la mejor forma es con maniquís reales.

También triunfó en la pasarela neoyorquina en el 2018 Marián Ávila, la primera modelo española con síndrome de Down, quien logró hacer su sueño realidad a los 20 años. La joven valenciana, que desfiló para Talisha White, escribió en Instagram: «Los sueños sí se cumplen». Otro ejemplo de superación es Rebekah Marine, que en el 2015 desfiló en la Semana de la Moda de Nueva York con un brazo biónico. La joven de Nueva Jersey, de 28 años, imparte conferencias en apoyo a la discapacidad.