Desde el fallecimiento de Karl Lagerfeld, el pasado 19 de febrero, los homenajes se han sucedido en las distintas capitales de la moda. El último de ellos se celebró ayer en el espacio que el Káiser transformó durante años en los lugares más mágicos, desde una playa hasta una estación espacial, el Grand Palais de París. Tras un minuto de silencio, en un paraíso nevado que recreaba una estación alpina y dentro de la última jornada de la Semana de la Moda de París, se presentó la colección para el próximo invierno, la última que diseñó Lagerfeld para Chanel. Sobre un escenario blanco con abetos, motivos invernales y esquís apareció un ejército de modelos, destacando Penélope Cruz. La actriz, que fue musa de Lagerfeld durante años, desfiló con soltura con una camelia blanca en la mano, emblema de la maison francesa, un lazo blanco en el cabello, jérsey de volantes, minifalda voluminosa y botines. La madrileña, encargada de cerrar el show, compartió protagonismo con modelos de la talla de Cara Delevingne y Kaia Gerber, hija de Cindy Crawford.