Hay una cierta popularidad, producto del momento, de las circunstancias o de los méritos más o menos admirables del personaje en cuestión, que provocan en cierta ciudadanía una falsa sensación de familiaridad o directamente de compadreo.

Esto le sucedió el pasado domingo por la noche a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como 'el pequeño Nicolás'.

El estudiante de Derecho de 26 años, acusado de falsedad documental, estafa en grado de tentativa y usurpación de funciones públicas y estado civil e imputado por revelación de secretos, cohecho impropio, malversación de caudales públicos y tráfico de influencias, salía al filo de las 23.00 horas, justo al límite del toque de queda, de un restaurante en el muy madrileño paseo de la Castellana cuando fue reconocido por un grupo de jóvenes.

Los jóvenes, de entre 20 y 21 años, no dudaron en inmortalizar la feliz coincidencia pidiéndole a Fran que es como le llaman sus amigos- un selfi que testificara el momento en las redes sociales.

El problema es que los modos de los jóvenes, agresivos, bruscos, con agarrón por el cuello incluido, y mal educados no fueron del agrado de Gómez que denegó la petición y procuró alejarse de tan inquietante compañía junto a los dos amigos que le acompañaban.

Agresión continuada

La negativa de Nicolás provocó una desmedida y agresiva reacción con insultos y empujones que terminó con Gómez en el suelo sangrando por su rota nariz, después de recibir un brutal puñetazo. Una vez en el suelo, el recital de patadas e improperios "ven aquí que te inflo, subnormal", prosiguieron hasta que varias personas presentes en el lugar intervinieron para detener la paliza.

La llegada de una patrulla de la policía que detuvo a tres individuos del grupo, al parecer estudiantes de la prestigiosa, exigente y cara Universidad de estudios financieros Cunef, puso final al bochornoso espectáculo, en parte gravado en móvil por el propio damnificado.

En posteriores declaraciones, Nicolás confesó estar en 'shock', conmocionado y muy dolorido con todo lo sucedido. "No estoy muy bien", confesó.

En un muy discreto plano mediático desde hace un tiempo, una de sus últimas apariciones públicas fueron hace unos años para afirmar su implicación en la llamada Operación Catalunya? contra el movimiento independentista, el joven saltó a la fama al ser una cara visible y muy sorprendente en las altas esferas del poder político y económico español, llegando a participar en el besamanos celebrado en el Palacio Real tras la proclamación de Felipe VI como rey en el 2014.