Robin Williams estaba sobrio cuando se suicidó y empezaba a mostar síntomas de la enfermedad de Parkinson, además de sufrir ansiedad y una profunda depresión, según ha declarado su esposa, Susan Schneider, este jueves. "Robin no estaba todavía preparado para compartir públicamente su lucha contra la enfermedad", ha dicho su viuda. "Tenemos la esperanza de que la trágica muerte de Robin ayude a otros a encontrar la fuerza y el soporte necesario para afrontar sus batallas sin miedos", ha añadido Schneider.

Williams había salido recientemente de un centro de rehabilitación de Minnesota en el que se trató de sus problemas con el alcohol. Las autoridades consideran el suicidio como la causa más probable de la muerte del artista, aunque la investigación aún no ha concluido y faltan por conocerse los resultados de las pruebas toxicológicas realizadas al cadáver del actor.