Desde que saliera a la luz la trama de abusos continuados del productor Harvey Weinstein, decenas de mujeres han alzado la voz en contra de una práctica extendida en la industria de Hollywood. Asesor político y periodista, el nombre de Satchel Ronan O’Sullivan Farrow quizá no haya abierto portadas en los periódicos pero su rol en el destape del escándalo ha sido clave.

Único hijo de la actriz Mia Farrow y el director Woody Allen, el vínculo de Ronan Farrow contra el abuso sexual viene de lejos: de los tiempos en que su padre era acusado de realizar esas mismas prácticas con su hija adoptiva, Dylan. El caso salió a la luz en 1993 y fue objeto de una guerra mediática que acabó con la retirada de los cargos contra el director para «no traumatizar» a Dylan, que apenas tenía 7 años.

Por aquel entonces, Farrow fue testigo de cómo la productora de Weinstein salía en ayuda de la carrera fílmica de Allen produciendo Balas sobre Broadway.

La dura carta que publicó Dylan Farrow -en la que aseguraba haber sido objeto de abusos- fueron demasiado para Ronan. A raíz de aquello, Farrow decidió iniciar una investigación para conocer las desagradables prácticas que envolvían a la industria del cine, y acabó llegando a su epicentro: Harvey Weinstein. Tras ser rechazado por la cadena NBC por «falta de consistencia», Farrow siguió con su investigación para The New Yorker. Dos reporteras del The New York Times se le adelantaron el 5 de octubre y Farrow publicó su artículo cinco días más tarde. El resto es historia, la de un hijo que destapó a su padre y a un sistema.