El productor televisivo Ryan Murphy (American horror story, Glee) ha aceptado una mareante oferta para ligarse durante los próximos cinco años a Netflix. El anuncio oficial de la contratación del estadounidense se ha producido en la página web de la plataforma de contenidos en 'streaming' y entrará en vigor a partir del 1 de julio, momento en el que expira el contrato de Murphy con 20th Century Fox. Según el New York Times, el acuerdo económico rondaría la cifra de 300 millones de dólares (unos 243 millones de euros).

De esta manera, el plan de Netflix de aumentar su producción propia a través de la incorporación a su equipo de productores reconocidos, con un amplio abanico de seguidores, se va haciendo poco a poco realidad.

Según Ted Sarandos, director de contenidos de la compañía, poder fichar a Murphy ha sido algo muy tentador para seguir teniendo el liderazgo mundial en creación de contenidos audiovisuales: "Las series de Ryan Murphy han influido en el 'zeitgeist' [la cultura mundial], ha reinventado géneros y ha cambiado el curso de la historia de la televisión. Su dedicación inquebrantable por la excelencia, por dar voz a los menos representados, por mostrar una perspectiva única o por simplemente impresionarnos a todos, impregna su rompedor trabajo".

La comedia musical The Politician, protagonizada por Ben Platt, y Ratched, la precuela de Alguien voló sobre el nido del cuco, serán los primeros encargos del nuevo hombre estrella de Netflix, que también seguirá ligado como productor ejecutivo de sus actuales series en FOX. Seguir colaborando con sus compañeros le hace "feliz", según ha declarado el propio Murphy, y es la mejor forma que tiene de no despedirse por completo de la casa que le ha visto crecer durante gran parte de su carrera.

A base de talonario

El contrato ofrecido a Murphy se ha convertido en un hito histórico no solo en su vida, sino también en la industria audiovisual e, incluso, fuera de ella, ya que ronda los 60 millones de dólares brutos al año (cerca de 50 millones de euros). Así, se codea prácticamente con Neymar, que protagonizó el verano pasado el traspaso más desorbitado de la historia del fútbol, a razón de 222 millones de euros, con un salario de 50 millones de euros brutos al año (30 millones de euros netos anuales).