La guerra entre Arantxa Sánchez-Vicario y su ex Josep Santacana arrecia. Según ha revelado TVE, el empresario Josep Santacana, en proceso de divorcio de la extenista, ha presentado una demanda en un tribunal de Miami para reclamar que se establezca un régimen de visitas para poder ver a sus dos hijos en común, Arantxa, de 9 años y Leo de 7. Según Santacana, no ve a los pequeños desde hace meses.

En cambio, el abogado de Sánchez-Vicario, Ramón Tamborero, sostiene que su representada no ha puesto ninguna traba a Santacana para visitar a sus hijos y que no existe ninguna sentencia que se lo impida: «Según ella, él ha podido pero no ha querido verlos en meses». Los pequeños viven en un lujoso apartamento con su madre en Miami, en la zona de Brikel y con vistas a Kay Viscaine. Los niños acuden a la misma escuela, la Metropolitan School, donde la extenista ejerce como directora deportiva.

La expareja, que sigue haciendo su vida por separado en Miami, tiene dos frentes judiciales abiertos. Uno en Florida, el de la custodia de los pequeños, y el otro en España, el del divorcio. La defensa de Santacana solicitó que este segundo proceso se llevase a cabo en España supuestamente para que se respetasen las capitulaciones firmadas al casarse, en las que se fijó el régimen de separación de bienes. Así, su cliente podría quedar a salvo del litigio con el Banco de Luxemburgo, por una deuda de 7,5 millones. La pareja se enfrenta a cuatro años de cárcel por alzamiento de bienes e impago de deuda.

El abogado de la tres veces campeona de Roland Garros quiere también que el divorcio se dirima en Miami. Ha presentado un recurso en el que argumenta que el matrimonio construyó su vida en común en Miami y solicita a la juez que no se declare competente. La resolución podría llegar el mes que viene.

Arantxa y Santacana dejaron de vivir juntos hace dos años, según explicó el empresario. Se casaron el año 2008 en el castillo de Peralada -era el segundo matrimonio de la extenista, el primero fue con el periodista Joan Vehils-, y en el año 2013 comenzó a resquebrajarse su relación, de acuerdo con la versión que él dio a ¡Hola!: «El amor se acabó poquito a poquito. Nos ha perjudicado todo lo que nos ha sucedido. La presión, tensión con la familia, el triste proceso judicial que tuvimos con la familia de Arantxa, etcétera. No teníamos relaciones desde hace una par de años».

En la misma revista, Arantxa lamentó haberse casado con Santacana: «El tiempo ha demostrado que me equivoqué. Me arrepiento de haberle dado todo el control de lo que tenía. Tenía que haber separado el amor del resto de mi vida». La exjugadora, tras la separación, ha retomado las relaciones con su familia, aunque en el recuerdo de todos están la memorias en las que les acusaba a sus padres de apropiarse de sus ganacias.