La cantante colombiana Shakira defendió ayer en un juzgado de Madrid la «completa originalidad» de su conocida canción La bicicleta y aseguró que antes de cantarla no sabía nada del cubano Liván Castellano, el compositor que la acusa de plagiar Yo te quiero tanto, una pieza que, según subrayó, «no tiene nada que ver en cuanto a melodía, música y tema» con su composición.

La artista de Barranquilla declaró que su compatriota Carlos Vives, que también está acusado del plagio, le mandó la demo de la canción y ella aportó y extendió la letra y la melodía que va sobre la parte del acordeón de La bicicleta, convirtiéndola en otro estribillo. «Había una melodía preexistente del acordeón y yo la adapté con una letra. Cuando escuché la pieza, ya existía la melodía», declaró ante el juez.

«Mi canción habla de mi tierra, es un homenaje a Barranquilla, Colombia, no a Cuba. Es otra cosa. Además, el demandante quiere hacer un vallenato pero no le sale, es como si alguien quiere jugar al fútbol con las manos o quiere aprender inglés y acaba hablando portugués», precisó. Shakira siguió su explicación afirmando que Castellano utiliza una clave de salsa dominicana con instrumentos «que pretende ser un vallenato». «Es como quien quiere hacer un arroz con mango. Eso no tiene nada que ver con La bicicleta, que sí es un vallenato con elementos de dance».

A preguntas de la acusación, la cantante respondió que nunca ha sido condenada por plagio en sus 30 años de carrera a pesar de que «lleva desde los 8 años haciendo canciones». Eso sí, recordó que afrontó una reclamación por otra composición, Loca, pero fue archivada.

Vives, por su parte, recordó que compuso La bicicleta a finales del 2015 y la produjo junto a Andrés Castro a principios del 2016, y añadió que hasta la demanda tampoco sabía nada ni de Castellano ni que EMI distribuyera sus canciones. «Soy músico y compositor tras muchos años de experiencia. Mi forma de componer es a partir de la música de mi país gracias a que mi familia se relacionaba con los juglares del vallenato», detalló.

Vives admitió que no sabe ni leer ni escribir música, pero que «no le hace falta», ya que una vez compuesta una canción hoy en día los ordenadores te dan el papel con las partituras y el ritmo, y eso se lo pasa a la SGAE. «Mi música me la inventé yo», repitió. Además, aseguró que él escribe todas sus canciones y que «la letra te obliga a una música concreta» y viceversa.

En el juicio también compareció el demandante, Castellano, de nombre artístico Lívam, que desde 1997 trabaja con EMI, discográfica que detenta su catálogo de canciones. Según explicó, un día uno de los representantes de esta compañía, David Alonso, le comunicó en persona que le iba a mandar su canción Te quiero tanto al productor de Vives en Miami. Pasado un tiempo, en el verano del 2016, estando en la playa, su hija le vino con la canción La bicicleta y al escucharla supo que era la suya. «Eso se sabe. Es como conocer a tus hijos», zanjó, a la espera de sentencia.