Las denuncias de acoso sexual se han disparado en las últimas semanas en el mundo de la escena desde que surgieron las primeras acusaciones contra el productor de Hollywood, Harvey Weinstein. Y la última oleada llega de Europa. Una carta abierta en la que medio millar de actrices denuncian haber sufrido abusos y vejaciones sexuales y critican la "cultura del silencio" imperante ha conmocionado el mundo de la escena sueca en los últimos días. Desde que el periódico conservador 'Svenska Dagbladet' adelantó el pasado miércoles, 8 de noviembre, en su web el escrito, las principales instituciones escénicas se han visto sacudidas por un escándalo que ha provocado múltiples reacciones, incluida la del Gobierno sueco.

El texto relata cómo varias actrices empezaron a discutir la posibilidad de hacer una declaración conjunta en torno a la campaña de denuncias de abusos #Metoo (Yo también), como crearon un grupo cerrado en redes sociales y, tras recibir presiones anónimas de supuestos acosadores, decidieron escribir una carta abierta.

"La cultura del silencio está extendida en nuestro negocio. Los directores y estrellas masculinas son considerados genios y la profesión los respalda, independientemente de lo que les hagan a sus colegas", consta en el texto, firmado inicialmente por 456 actrices, a las que se les ha añadido un centenar más en un día.

ESTRELLAS CONSAGRADAS

Entre los firmantes figuran algunas de las intérpretes más consagradas de la escena sueca, como Marie Göranzon o Lena Endre, y otros nombres, como el de Sofia Helin, protagonista de la popular serie de televisión sueco-danesa 'El puente'.

Las decenas de testimonios directos incluidos en el documento relatan de forma anónima casos que van desde las vejaciones verbales a abusos sexuales como toqueteos, masturbación o incluso varios casos de violación ocurridos en las últimas décadas. Especialmente señalado ha resultado el Teatro Real, el prestigioso Dramaten, a cuya dirección varias fuentes anónimas recogidas por ese diario acusan de proteger a los actores masculinos y de ignorar las denuncias.

Ante la gravedad de las confesiones, la ministra de Cultura sueca, Alice Bah Kuhnke, convocó de urgencia a los directores del Dramaten, el Teatro Nacional y la Ópera Real para discutir la situación. "Hay que acabar con lo que ocurre detrás de los escenarios. Estoy llena de pena, ira, asco y ganas de luchar tras leer los testimonios", declaró en su cuenta en Instagram Bah Kuhnke, quien anunció que el Gobierno ha empezado a estudiar un plan con herramientas políticas "claras", sin concretar más.

El primer ministro sueco, Stefan Löfven, tildó los hechos denunciados de "horribles", "mucho peores de lo que se podría creer", e insistió en la necesidad de hacer "algo radical".

Por su parte, la directora del Instituto de Cine Sueco, Anna Serner, se ha referido a los testimonios como "un golpe en el estómago", y la jefa de la Ópera Real, Birgitta Svendén, ha denunciado haber sufrido acoso en su época como cantante en el Metropolitan de Nueva York.

El Dramaten, que ha iniciado una investigación interna contra un empleado por asalto sexual, ya ha anunciado que enviará a su plantilla una encuesta, que puede ser anónima, para denunciar casos de acoso y ha ofrecido ayuda jurídica y psicológica a las posibles víctimas.

CÓDIGO DE CONDUCTA

Uno de los principales fondos dedicados a financiar películas en Suecia, Film i väst -cuyos estudios en Trollhättan (oeste de Suecia) son conocidos como el Hollywood sueco-, se ha mostrado a favor de incluir un código de comportamiento en futuros acuerdos. Film i väst ya se había significado hace unos días al anunciar que en sus futuras colaboraciones con la productora danesa Zentropa, del cineasta Lars Von Trier, no figurará como productor ejecutivo su socio Peter Albæk tras unas polémicas declaraciones.

Albæk quitó importancia a las recientes denuncias de acoso sexual a Von Trier de la cantante islandesa Björk durante el rodaje de 'Bailar en la oscuridad' (2000) y admitió haber palmeado en el culo a varias colegas, sin mostrarse arrepentido.