Cuando nos encontramos en momentos de bloqueo o cambio es cuando nos preguntamos qué tenemos que hacer de forma diferente para dejar de tener los resultados de siempre. Esta cuestión muy habitual ante crisis vitales no siempre puede ser fácilmente respondida ya que no se tiene en cuenta que el éxito es la consecuencia de pequeños hábitos y rutinas que van sumándose.

Generar rutinas matutinas, dedicar espacio cada día a leer las metas o saber cómo romper las creencias nos puede ayudar a cambiar la vida que tenemos y orientarla al momento en el que verdaderamente queremos estar. Esto siempre parte de uno mismo y no tanto del azar o el entorno, que es lo que se suele pensar.

HÁBITOS DE ÉXITO

Lo que nos diferencia de las personas que éxito que conocemos no siempre es la posición económica de partida o el grado de suerte que han tenido. Muchas veces se trata de hábitos y herramientas que esas personas han empezado a implementar en su vida y que nosotros aún no hemos aprendido a hacerlo.

Partiendo del deseo de cambio y de la conciencia de que algo ahora mismo no funciona, podemos introducir nuevas rutinas en nuestra vida que nos orienten al éxito y a su consecución.

1. Soy responsable

Cuando alejamos la culpa o la pasividad y tenemos la certeza de que nuestra vida es casi en su totalidad consecuencia de los que hemos hecho, dicho o pensado, podemos agarrar las riendas y decidir hacia dónde queremos ir. Esto implica tomar conciencia del pasado de forma periódica, escoger los momentos donde nos vemos como víctimas y saber que, por pequeña que sea, ha habido responsabilidad personal.

2. Me acuesto pronto

Hay establecido socialmente un mal hábito: perder el tiempo por la noche. No invertirlo leyendo y estudiando sino sentarse en el sofá con el mando de la televisión. Esto nos resta horas de sueño. Podemos darle la vuelta y acostarnos pronto cuando sepamos que nuestras obligaciones diarias han terminado.

3. Madrugo

Si no pierdo el tiempo y me acuesto pronto, podré madrugar al día siguiente, incluso los fines de semana. Es perfectamente compatible con un buen descanso y nos ayudará a aprovechar la jornada y no tener la sensación de estar malgastando los días.

4. Escribo metas

Pongo por escrito lo que quiero alcanzar, los pasos que debo dar, trazo un plan de acción, lo leo a diario y evalúo periódicamente el progreso. Puede padecer algo tedioso, pero no nos lleva muchos minutos al día. Lo que hace es que tomemos conciencia de dónde estamos, qué queremos y cómo debemos lograrlo.

5. Rompo creencias

Las creencias son afirmaciones que asumimos como obligatoriamente verdaderas sobre el mundo y nosotros mismos. Estas creencias nos pueden impulsar, retrasar o impedir el avance. Como parten de la subjetividad, pueden ser falsas. Debemos romper esas creencias limitantes, soltarlas y dejarlas ir. Es la mejor forma de nos llevar un lastre que nos impida tocar el éxito.

6. Espacio personal

Es fundamental saber dedicar cada día espacio para uno mismo, sin necesidad de que se haga siempre lo mismo. Este espacio nos ayuda a escucharnos, restablecer prioridades o desconectar.

7. Cada día mejor

Debemos tener la sensación cada noche al acostarnos de que hemos hecho algo mejor que el día anterior, por pequeño que sea. Nos empuja a la autorrealización y la superación personal, avanzando siempre con pequeños pasos.

Un alto porcentaje de lo que hay en nuestra vida son hábitos, tanto de forma mental como en su ejecución. Estos hábitos, por tanto, serán responsables de las cosas que logremos en nuestra vida y del éxito que tengamos. Eliminar lo que no nos hace falta y adquirir mejores rutinas nos ayudará a tener una vida más plena y feliz.