“No es un traje. Es el traje”. Con ese mensaje y una fotografía en su Instagram el pasado 14 de marzo la modelo, diseñadora e it girl Marina Testino, sobrina del célebre fotógrafo Mario Testino, daba el pistoletazo de salida a una acción de protesta: se puso el mismo traje durante un mes (exceptuando las horas de sueño, claro). La idea era provocar un debate sobre esa obsesión por comprar y comprar para estar a la última. «Desafío a todos a tomarse un momento y contar cuántas zapatillas blancas, vestidos negros y gafas de sol tienen, y preguntarse: cuando surge una nueva tendencia, ¿es necesario salir a comprarla? No es mejor comprar solo algo que realmente te guste, te siente bien y te lo pongas a menudo?», interpelaba junto a alguna de sus fotos.

El traje en cuestión del que ha hecho bandera durante un mes para criticar la obsesión por el consumismo y la presión constante de estar a la última es una americana y un pantalón rojos, que ella ha combinado con camisetas y zapatillas deportivas, tops y tacones y diferentes bolsos y joyas. En su Instagram ha ido colgando diferentes posados, en diversas situaciones, en las que también ha mostrado su faceta de modelo, «aunque soy algo más que una cara bonita y un apellido famoso», advierte. Por cierto, su padre es Giovani Testino, fundador y CEO de Art Partner, agencia neoyorquina que gestiona el trabajo de fotógrafos y estilistas para las producciones de moda de las revistas.

Con el hashtag #OneDressToImpress (Un atuendo para impresionar), la campaña explica algo común entre las celebridades: esa necesidad de usar siempre algo nuevo y de no repetir estilismo, algo contra lo que algunas famosas, empezando por Cate Blanchett, está luchando. Testino afirma que ella ha vivido esa presión «cuando entré en esta industria donde se fomenta tanto el consumo inmediato».

Marina Testino, que tiene 28 años, raíces peruanas y vivió un tiempo en Barcelona, considera que el experimento ha valido la pena. Repercusión desde luego ha tenido, tanto en diarios como en prensa especializada. «Ha sido muy liberador eso de no tener que elegir qué ponerse. Me ha dado confianza y autoestima». Testino solo cambiaba de complementos, muy sencillos, según lo que tuviera que hacer ese día: ir al súper o a una exposición. Y tiraba de limpieza al vapor, más sostenible que la lavandería. Eso sí, terminada la acción, ha vuelto a posar con otros modelitos.

Afincada en Nueva York, Marina no es una recién llegada. Graduada en marketing de moda en la escuela Parsons, desde pequeña ha estado relacionada con este mundo y es habitual verla en la Semana de la Moda de Nueva York. Además de su padre y de su tío, su tía, Giuliana Testino, es diseñadora de moda. Y ella también ha seguido ese frente. Ha creado la marca Point of View. «Ofrezo pequeñas colecciones cápsula, en ediciones muy limitadas, en colaboración con gente relacionada con el arte. El diseño se realiza en Nueva York y se confecciona en Perú». La ha fichado la agencia The Society Management en su apartado Creative, así que hay apellido Testino para largo.