Una persona destrozó con un pico la estrella de Donald Trump en el icónico Paseo de la Fama de Hollywood, California. Y no es la primera vez que la baldosa dedicada al ahora presidente de los Estados Unidos sufre un acto vandálico de estas características. El presunto autor del destrozo, un joven de 24 años, Austin Clay, fue arrestado y acusado de vandalismo en una comisaría de Los Ángeles, según informa la agencia de noticias Reuters.

Según recuerdan algunos medios estadounidenses, un hombre llamado James Otis también usó un pico y una gran maza para romper la estrella del mandatario en el 2016, exactamente una semana después de que fuera elegido 45º presidente de EEUU. Otis se libró de la cárcel pero fue sentenciado a tres años de libertad condicional y 20 días de servicio comunitario. Además, pagó unos 4.400 euros por el daño causado.

La estrella de Trump, instalada en el 2007, ha sido objeto de numerosas gamberradas, desde pintadas a defecaciones; también de protestas con una gran carga simbólica. La última: en julio del 2016 un activista rodeó su baldosa con una barrera de 15 centímetros con unos alambres como respuesta al muro de la vergüenza que pretendía construir con el dinero de los mexicanos.

El actual inquilino de la Casa Blanca, un tipo que siempre levantó pasiones encontradas, se ganó la estrella por su aparición en un reality show llamado El aprendiz, en antena durante 15 temporadas desde enero del 2004. Durante las 14 primeras, el entonces empresario de éxito conducía el programa y premiaba a los ganadores con un contrato en alguna de sus compañías. Su frase estrella era «You’re fired» (estás despedido, en castellano).

Tener o no una estrella en las avenidas Hollywood y Vine, que desde 1978 se han convertido en un lugar de peregrinaje para los turistas, no solo cinéfilos, depende exclusivamente de la Cámara de Comercio de Hollywood, los únicos responsables del concurrido paseo.

Aunque pueden optar artistas o celebridades de todo el mundo, es condición indispensable gozar de una gran popularidad en Estados Unidos. Y no sale gratis: el homenajeado con una estrella debe pagar unos 30.000 dólares para ser inmortalizado en este paseo estrellado.