A raíz de la muerte de George Floyd la semana pasada en Minneápolis cuando un policía lo sujetaba en el suelo con la rodilla en el cuello, muchos han sido los famosos que se han posicionado en contra la violencia policial y el racismo en Estados Unidos.

Puede existir la duda de si esas manifestaciones solidarias y de repulsa son simple postureo o si realmente es un convencimiento ético y social del personaje, pero de lo que no hay duda es del oportuno acierto de recuperar el vídeo que Meghan Markle hizo hace ocho años denunciando el racismo. Un compromiso con la igualdad y los derechos civiles de las personas de color de la esposa del príncipe Enrique que viene de lejos.

Fue en el 2012 y la ahora duquesa de Sussex era por entonces una semiconocida actriz que formaba parte del elenco de la serie Suits, que participó en la campaña I Won't Stand For Racism.

Luciendo una camiseta blanca con el lema No apoyaré el racismo, Markle afirma en el vídeo Para mí esto es algo muy personal, soy de dos razas. Mucha gente no sabe cómo identificarme, y muchas veces he tenido que ser una mera espectadora de las cosas que me han dicho, a veces chistes ofensivos, o cómo me han llamado, y rememora cuando una persona se refirió a su madre como nigger, una palabra despectiva e insultante para denominar a las personas de color.

Estoy muy orgullosa de mi herencia, de la de ambas partes, de dónde vengo y hacia dónde voy. Pero sí que espero que cuando llegue el momento de tener hijos la gente tenga la mente más abierta para ver cómo cambian las cosas. Tener un mundo lleno de mezclas lo hace mejor, más bello, más interesante, sentencia finalmente la exactriz. Aunque ocho después, los buenos deseos de Meghan Markle parecen que están lejos de cumplirse.