Sin contemplaciones. El líder conservador del Ayuntamiento de Windsor y Maidenhead, Simon Dudley, ha pedido a la policía que expulse de la ciudad a los mendigos y vagabundos antes de que, el próximo 19 de mayo, se celebre la boda del príncipe Enrique y la actriz norteamericana Meghan Markle.

El político conservador se ha quejado a la policía por carta esta semana de «la mendicidad agresiva e intimidatoria» de estas personas, quienes, dice, acostumbran a asaltar a los turistas en los cajeros automáticos. «Un gran número de adultos que mendigan en Windsor no son de hecho personas sin hogar, y, si lo son, están eligiendo rechazar todos los servicios sociales disponibles, así que su indigencia es una elección voluntaria», asegura. También preocupan a Dudley «la cantidad de bolsas y desechos que los mendigos acumulan y abandonan sobre el pavimento». Y añade que durante la boda la «preciosa ciudad» quedará deslucida por esa circunstancia.

SORPRESA / El responsable de la policía local, Anthony Stansfeld, se ha mostrado sorprendido por la propuesta de Simon Dudley. «Asistí a un consejo municipal en octubre y esa cuestión no se trató», ha recordado. Por su parte, Murphy James, director del proyecto para Personas sin Hogar de Windsor ha recordado: «Si alguien está durmiendo en la calle no es por decisión propia. Los sintecho están ahí porque algo ha ido mal en su vida. No debemos demonizar a estas personas sino preguntar qué podemos hacer para ayudar».

Además del castillo de Windsor, la residencia de la reina Isabel II durante los fines de semana y en cuya capilla se celebrará la boda de su nieto, el municipio de Windsor, a una hora al oeste de Londres y a orillas del río Támesis acoge también el prestigioso colegio de Eton y las famosas carreras de caballos de Ascot, así que, sin contar con la futura boda, es un importante polo de atracción turística. Solo el castillo, que está abierto al público, atrae cerca de un millón y medio de visitantes al año.

LOS TURISTAS / Según las primeras estimaciones, el enlace real podría inyectar unos 500 millones de libras (más de 561 millones de euros) a la economía británica gracias al aumento de los turistas. Desde el anuncio de la boda del hijo mejor de Carlos de Inglaterra y Lady Di, quinto en la línea de sucesión al trono, todo lo relacionado con la pareja despierta interés. Así que la Oficina de Estadísticas Nacionales ha estimado que la boda generará esa cantidad. «Creemos que aproximadamente 200 millones de libras (224,4 millones de euros) vendrán de lo que genere la industria del turismo, o sea, entre viajes y hoteles».

Los seguidores de todo lo relacionado con la familia real gastarán alrededor de 150 millones de libras (168,3 millones de euros) en fiestas y celebraciones, mientras que la venta de camisetas, sombreros y otros suvenires generará unos 50 millones de libras (56,1 millones de euros). «Eso sin contar los aproximadamente 100 millones de libras en publicidad gratuita para Gran Bretaña en todo el mundo», ha explicado un portavoz.

VisitBritain, la agencia nacional de turismo, estima que a lo largo de todo este recién estrenado 2018 se incrementarán notablemente las visitas.

«Va a ser un impulso para la economía. Va a ser genial ver tanta gente aquí no solo para la boda sino también durante los preparativos», ha asegurado Andrew Lee, gerente del hotel Harte and Garter, ubicado justo frente al fastuoso castillo de Windsor. Ni que decir tiene que todas las habitaciones están reservadas para ese día.