El modelo de atención del grupo Albertia (www.albertia.es) busca preservar la calidad de vida de las personas mayores, desde el respeto a su singularidad, dignidad y autonomía, potenciando sus fortalezas y habilidades y facilitándole el desempeño de sus proyectos vitales.

Los cuidados se basan en la humanidad, la empatía, el respeto y el cariño hacia los mayores, poniendo en práctica el modelo de Atención Centrada en la Persona. En el año 2014, para la puesta en marcha del modelo en la residencia Albertia El Moreral, se contó con la Fundación Cuidados Dignos, que, tras el pertinente tiempo de formación y auditoría, otorgó al centro la certificación en la ‘Norma Libera - Care’. De este modo, la residencia se comprometió a no hacer uso de sujeciones físicas.

El modelo reconoce la singularidad y el empoderamiento de la persona en su atención, es un modelo para cuidar bien y ganar en calidad de vida de las personas mayores, siendo acompañadas por los profesionales. Para estos últimos, el cambio de visión ha conllevado un aumento de la motivación por el trabajo, reforzando la buena praxis diaria.

Desde las residencias de Albertia apoyan el desarrollo de los proyectos vitales de cada uno de los residentes, desde el respeto a su dignidad e individualidad, y a través del conocimiento de sus historias y planes de vida. Estos se elaboran conjuntamente por los mayores, sus familiares y los profesionales. Así, se considera a las personas mayores tanto en el entorno actual como también dentro de la comunidad de la que forman parte.

Como base, se fomenta la promoción de la autonomía, reconociendo y potenciando sus capacidades y prestándoles los apoyos y herramientas necesarias para el desarrollo de su autoexpresión y capacidad de toma de decisiones.

En las residencias del grupo Albertia se ofrecen cuidados sociosanitarios y personales de calidad, en espacios agradables y estimulantes adaptados, atendiendo al diseño de entornos domésticos personalizados, donde el residente puede disponer de elementos personales, favoreciendo el ambiente hogareño y la intimidad personal.

Igualmente, se han habilitado espacios comunes para la participación en actividades cotidianas que fomentan la independencia. Estos espacios favorecen la interacción social a la vez que ofrecen actividades significativas relacionadas con motivaciones, intereses y roles de las personas mayores a quien van dirigidas. De este modo se desarrollan actividades tales como ‘Tertulia-café en el jardín’, ‘Labores de comedor’ o ‘Taller de cocina’.

El objetivo es convertir las residencias en verdaderos hogares para las personas mayores, haciendo que la mirada, la valoración y la atención profesional hacia ellas no se haga únicamente desde la condición de pacientes o dependientes, sino que se realice desde la consideración de personas a las que hay que apoyar para que sigan manteniendo su autonomía y controlen su propia vida.