Una veintena de bloqueos, con 200 días acumulados a la espera de puerto seguro y casi 3.000 migrantes a bordo. Son las cifras de los bloqueos a barcos que han rescatado a migrantes en el Mediterráneo desde junio del 2018, según Médicos Sin Fronteras (MSF). «Llevamos los últimos 14 meses con una campaña política de bloqueo, con una tendencia a la criminalización de las oenegés», dijo a Europa Press la responsable de relaciones externas de MSF, Raquel González. Hasta junio del 2018, cualquier barco, tanto los humanitarios, como los de Frontex, como los comerciales que hubieran hecho un rescate en el Mediterráneo «iban a Italia y desembarcaban». Si bien, aseguró González, a partir del Aquarius, que tras ser bloqueado llegó a Valencia después de casi una semana de travesía, hubo «un punto de inflexión». Para esta organización no gubernamental, bloquear a barcos con más de 500 personas vulnerables a bordo -Open Arms y Ocean Viking juntos- es «un ejemplo de las fallidas políticas migratorias». Y «criminalizando» la acción humanitaria, solo se pretende «normalizar un mensaje perverso: que las muertes en el mar y el sufrimiento de las personas atrapadas en Libia son un precio aceptable de externalizar la gestión de fronteras a terceros países».