Las fuerzas estadounidenses e iraquís están listas para lanzar una gran ofensiva militar contra la ciudad de Faluya, el principal feudo de la resistencia suní en Irak donde se supone que está atrincherado el jordano Abú Musab al Zarqaui, supuesto jefe de Al Qaeda en Irak. Sólo la entrega de Zarqaui y sus hombres podrá evitar el ataque, según advirtió ayer el primer ministro iraquí, Iyad Alaui.

"No seremos indulgentes --manifestó Alaui en una reunión con sus ministros--. Faluya es una ciudad honesta pero está siendo manipulada por un grupo de desviacionistas que quieren perjudicar a Irak", agregó. Alaui espera que sean los jefes tribales y líderes religiosos de la ciudad rebelde los que desarmen y entreguen a Zarqaui y a sus seguidores. "Esperamos que nos respondan. Si no, tendremos que usar la fuerza".

MUERTOS 6 SOLDADOS DE EEUU Los aviones estadounidenses llevan semanas bombardeando el feudo suní. El último ataque, la noche del martes, mató a ocho personas. Ayer, el grupo de Zarqaui, Monoteísmo y Guerra Santa, divulgó a través de internet las imágenes de la ejecución de dos supuestos agentes secretos iraquís a los que acusaron de colaborar con las tropas extranjeras.

En Bagdad, a tan sólo dos días de que comience el mes sagrado del Ramadán, la insurgencia lanzó sendos ataques contra las fuerzas estadounidenses. Al oeste de la capital, un artefacto explosivo mató ayer a un soldado, mientras que otros dos fallecieron en Mosul (norte) cuando un suicida lanzó su vehículo cargado de explosivos contra un convoy de EEUU. Tres más fallecieron el martes al estallar otra bomba.

Las tropas estadounidenses, apoyadas por la policía y la Guardia Nacional iraquí, realizaron ayer varias operaciones militares en diferentes puntos del país. Más de mil hombres lanzaron dos ataques simultáneos en los alrededores de la ciudad de Baquba, mientras otras unidades mixtas rastrearon algunos barrios de Talafar, Mosul y Ramadi.

En Hatra, al norte de Irak, investigadores de EEUU exhuman una fosa común donde se cree que pueden estar los restos de centenares de kurdos masacrados por el régimen de Sadam a finales de los años 80.