Las funcionarias y militares alemanas ya no podrán usar el velo islámico durante sus horas de servicio. Así lo establece la nueva ley que el Bundestag, el Parlamento alemán, ha aprobado este viernes para prohibir el uso de esta prenda religiosa en sitios como juzgados o oficinas públicas. La medida, impulsada por la gran coalición de conservadores y socialdemócratas que gobierna en Berlín, asegura que "cubrir el rostro por motivos religiosos o ideológicos contradice la neutralidad requerida entre los funcionarios de Estado”.

La ley especifica que esta prohibición solo se aplicará en los casos de prendas como el burka y el niqab, túnicas que cubren completamente la cara de la mujer y que tienen una vinculación directa con las ramas más radicales del islam como los talibanes o el wahabismo. Así, no afectará a otros tipos de prendas como el hiyab o el chador, en los que sí se descubre el rostro y su uso es generalizado en el mundo musulmán. La prohibición total es actualmente incompatible con la Constitución teutona.

Además, la ley también incluye que se pueda pedir a las ciudadanas que utilizan el velo descubrir su rostro para la identificación en situaciones como las elecciones. El código electoral federal que hoy también se ha pasado en el Bundestag establece que se podrá denegar el voto a aquellos electores que no quieran identificarse. “Integración también significa marcar claramente los límites de nuestra tolerancia con otras culturas”, ha asegurado el ministro del Interior, el conservadorThomas de Maizière.

GESTO ELECTORAL

Aunque el proyecto de ley aún debe ser aprobado en el Bundesrat, el Senado, la amplia mayoría del Ejecutivo liderado por Angela Merkel facilitará su ratificación y entrada en vigor. De esta manera, Alemania se convertirá en el quinto país de la Unión Europea que prohíbe parcial o completamente el uso del velo islámico tras Francia, Bélgica, Bulgaria y Holanda. Noruega y Austria están siguiendo el mismo camino. En la mayoría de estos países, la extrema derecha antiinmigración ha conseguido marcar la agenda política.

Con esta medida, Merkel se anota un tanto para contentar así al sector más conservador de su partido de cara a las elecciones generalesque Alemania celebrará el próximo 24 de septiembre. Presionada internamente por la CSU, partido cristianodemócrata hermano de Baviera, y externamente por el auge de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), la cancillera ya prometió el pasado diciembre que lucharía para prohibir el burka “allí donde sea legal”. Reunida en el congreso federal de su partido en Essen, Merkel cargó por primera vez contra la prenda religiosa asegurando que “la mujer completamente cubierta prácticamente no tiene oportunidad de integrarse en Alemania”. Palabras con fuerte tono electoral.

Por su parte, los ecologistas de Die Grünen (Los Verdes) y los poscomunistas de Die Linke (La Izquierda) han criticado esta medida asegurando que es “superflua y populista” y supone una claudicación a las demandas de AfD. Simbólica porque no hay militares ni funcionarias que trabajen completamente cubiertas por un velo islámico.