Alemania seguirá sin vender armas a Arabia Saudí. De momento. El jueves el Gobierno de la cancillera, Angela Merkel, aprobó prorrogar durante seis meses más la congelación de exportaciones armamentísticas como respuesta a la participación de Riad en la guerra de Yemen y en el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi. De esta manera, Berlín amplía hasta el 30 de septiembre del año que viene el bloqueo de la venta de unas armas que se han utilizado en la campaña de bombardeos en Yemen en la que también participan los Emiratos Árabes Unidos y que cuentan con el apoyo de los Estados Unidos.

Aunque era un secreto a voces, este pasado febrero la investigación periodística #GermanArms rastreó imágenes de satélite que constataban que ambas potencias árabes habían utilizado armamento alemán en una guerra que, con más de 65.000 personas muertas, se ha convertido en lo que se ha convertido en una de las peores crisis humanitarias en lo que se lleva de siglo.

La medida de Berlín concuerda con lo exigido por la ciudadanía y las organizaciones a favor de los derechos humanos. Una encuesta de esta semana señalaba que un 65% de los alemanes están a favor de prolongar el bloqueo; solo un 14% pedía seguir vendiendo armas a Riad.

La decisión del Ejecutivo alemán no ha gustado nada en París y Londres, donde consideran que la extensión del bloqueo armamentístico a Arabia Saudí perjudica proyectos conjuntos europeos como los aviones caza Eurofighter y Tornado. Aunque esa congelación también molestó a ciertos sectores del partido conservador de Merkel cuenta con el apoyo de sus socios socialdemócratas. «Nos oponemos a la exportación de material de defensa a dictaduras y a zonas de conflicto», señaló su vicepresidente, Ralf Stegner.

Los socialdemócratas alemanes habían destacado la necesidad de ser coherentes con los valores que defiende Alemania en su política exterior.