Alemania está sufriendo un aumento en los ataques perpetrados por la extrema derecha en los últimos cinco años, con especial incidencia en el periodo 2015-16, cuando el país acogió a más de un millón de migrantes. La agencia de inteligencia alemana estima que el número de crímenes violentos perpetrados por grupos de extrema derecha aumentó un 3% en el 2018, si bien los ataques a centros de acogida de solicitantes de asilo disminuyeron después de un aumento en el 2015 y el 2016.

Entre los ataques más relevantes, en octubre del año pasado, cuando un hombre armado abrió fuego contra una sinagoga y a un hombre cerca de un restaurante de comida árabe. También en junio del año pasado, el político alemán a favor de la inmigración Walter Luebcke es hallado sin vida sobre un charco de sangre en su casa, en el estado de Hesse. Stephan Ernst, un simpatizante alemán de extrema derecha inicialmente confesó el crimen si bien luego se retractó de su confesión.

Hace dos años, Beate Zschaepe, una miembro de una organización neonazi es condenada a cadena perpetua al considerarla culpable de participar en los asesinatos de 10 personas durante una campaña de violencia por motivos raciales.

DINÁMICA GLOBAL

La tendencia guarda correlación con la registrada a nivel mundial. A pesar de que las muertes causadas por ataques terroristas han disminuido en su balance global, los ataques de la extrema derecha son directamente responsables de que se haya incrementado la cantidad de países a los que se ha expandido la amenaza del terror, según destaca el Índice Global de Terrorismo 2019 (IGT), publicado por el Instituto para la Economía y la Paz.

En concreto, la extrema derecha ha aumentado en un 320% sus ataques en los últimos cinco años en Norteamérica, Europa Occidental y Oceanía, según los análisis del IGT. En 2018, el total de muertes atribuidas a facciones ultras aumentó en un 52%, a 26 muertes. La tendencia continúa en 2019, con 77 muertes atribuidas a terroristas de extrema derecha según las cifras del IGT, que contabiliza los datos hasta septiembre.

Los ataques terroristas ultras representaron el 17,2% de los ataques terroristas en Occidente en el 2018, frente al 6,8% de los asociados a grupos islamistas y el 62,8% no atribuidos a ningún grupo. En Estados Unidos no hubo ataques de grupos terroristas conocidos en dicho periodo: de 57 episodios terroristas registrados, 28 fueron cometidos por extremistas de extrema derecha, 27 por perpetradores desconocidos y dos corrieron a cargo de extremistas en la órbita de grupos yihadistas.