La bestia nazi ha reaparecido en Alemania y se dispone a llegar hoy a los parlamentos de los estados de Sajonia y Brandemburgo, ambos en el antiguo territorio de RDA, donde las encuestas les dan entre el 7% y el 9% de la intención de voto. En Brandemburgo, además, el Gobierno socialdemócrata de Mattias Platzeck teme sufrir una derrota total, ya que los sondeos dan la primera plaza a los excomunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS).

Disfrazados de defensores de los sectores sociales que han perdido con la reunificación alemana, los candidatos de la ultraderecha no llevan la cabeza rapada ni la indumentaria nazi. Pero bajo una apariencia burguesa, se esconden jóvenes con antecedentes de delitos comunes y de violencia.

Los ultraderechistas, casi todos cabecillas de los grupos xenófobos y antisemitas más radicales, juegan la carta electoral y llaman a "castigar" por igual a la Unión Cristianodemócrata de Alemania (CDU) y al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Acusan a los dos partidos de ser los responsables de las reformas del Gobierno de Gerhard Schröder, orientadas a modificar radicalmente el Estado del bienestar para modernizar la economía del país. El este del país abandera la protesta contra las reformas.

El presidente del Consejo Judío de Alemania, Paul Spiegel, considera que se han convertido en un serio peligro y recuerda que el voto de castigo , en 1933, llevó al hundimiento de la República de Weimar y a la destrucción de la democracia. Schröder se refiere a ellos como "la basura nazi que daña a Alemania".

Una encuesta publicada por el diario Bild-Zeitung indica que el 8% de los alemanes no descarta votar a los partidos nazis.

En el este de Alemania el mayor respaldo lo tiene el Partido Nacional Democrático (NPD), que se declara heredera del partido de Adolfo Hitler. El Gobierno ha intentado ilegalizarlo, pero su iniciativa fue rechazada por el Tribunal Constitucional. El líder del NPD y excapitán del Ejército, Udo Voigt, tiene también amplias relaciones con España y, en especial, con los ultras Alvaro Peña y Manuel Canduela de la mesa nacional de Democracia Nacional (DN).