Amnistía Internacional (AI) condena en un informe publicado hoy la “cruel indiferencia” de Israel respecto a las muertes de civiles en Gaza en ataques que el Ejército israelí llevó a cabo contra diversas viviendas y que la oenegé considera “crímenes de guerra”.

El documento, titulado “Familias bajo los escombros: ataques israelíes en casas habitadas”, detalla ocho casos en los que viviendas familiares fueron atacadas por las fuerzas israelíes “sin previo aviso” durante la operación “Margen Protector”, entre el 8 de julio y el 26 de agosto. En estos bombardeos murieron al menos 104 civiles, entre ellos 62 niños.

El informe revela que las fuerzas israelíes siguieron una pauta de ataques que consistía en lanzar bombas potentes para arrasar viviendas de civiles y que en ocasiones mataron a familias enteras. “Las fuerzas israelíes han vulnerado abiertamente las leyes de la guerra al llevar a cabo una serie de ataques contra viviendas civiles, mostrando una cruel indiferencia ante las matanzas que con ello provocaban”, ha dicho Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.

El documento, que estudia ocho casos, concluye que el Ejército israelí cometió crímenes de guerra en Gaza e insta a Israel y Palestina a adherirse al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) o al Consejo de Seguridad de la ONU a remitir los casos al CPI.

RELATOS DEL HORROR

AI ha recopilado numerosos relatos de supervivientes que describen el horror de escarbar frenéticamente entre los escombros y el polvo de sus hogares destrozados en busca de los cuerpos de niños y seres queridos. Los supervivientes del ataque contra la casa de la familia Al Hallaq describieron terribles escenas de cuerpos destrozados entre el polvo y el caos después del impacto de tres misiles contra la vivienda.

Khalil Abed Hassan Ammar, doctor del Consejo Médico Palestino que vivía en el edificio, afirmó: “Fue terrible no poder salvar a nadie [...] Todos los niños estaban carbonizados, yo no sabía cuáles eran los míos y cuáles los de los vecinos [...] Llevamos a quien pudimos a la ambulancia [...] Yo sólo reconocí a mi hijo mayor, Ibrahim, al verle los zapatos [...] Se los había comprado yo dos días antes”.

IDENTIFICACIÓN DE LOS OBJETIVOS MILITARES

En varios de los casos documentados -los ataques a las casas de las familias Abu Jame, Al-Dalu, Bakri y Abu Dahru- Amnistía Internacional identificó posibles objetivos militares para Israel: se habían lanzado cohetes desde la zona donde se encontraban las viviendas o se había detectado la presencia de algún combatiente en el edificio o en el vecindario.

Pero “en todos los casos la devastación de vidas y bienes civiles era claramente desproporcionada frente a las ventajas militares que se conseguían con los ataques”.“Incluso aunque hubiera habido un combatiente en alguna de estas viviendas, esto no hubiera eximido a Israel de su obligación de tomar todas las precauciones posibles para proteger las vidas de los civiles atrapados en los combates.

Los ataques reiterados y desproporcionados contra viviendas indican que las actuales tácticas militares de Israel adolecen de graves deficiencias y son claramente contrarias a los principios del derecho internacional humanitario”, ha afirmado Luther.

Las autoridades israelíes, según AI, “no han ofrecido ninguna justificación para estos ataques”.

En algunos de los casos que se presentan en este informe, AI no ha podido identificar ningún posible objetivo militar y “parece que el objetivo eran directa y deliberadamente civiles o bienes civiles, y por tanto constituirían crímenes de guerra”. En ninguno de los casos investigados se dio aviso previo alguno a los residentes de las viviendas atacadas, según AI. De haberlo hecho, sin duda se habría evitado un número de muertes entre la población civil.

ATAQUES FOCALIZADOS EN VIVIENDAS

En el ataque más sangriento documentado en el informe, 36 miembros de cuatro familias, entre ellos 18 niños, murieron al resultar alcanzado el edificio donde residía la familia Al-Dalu. “Israel no ha aclarado el porqué del ataque contra este edificio, pero AI ha identificado posibles objetivos militares en él”. El segundo ataque en cuanto a número de víctimas parece haber tenido como objetivo un miembro de las Brigadas de Al Qassam, brazo armado de Hamás, que estaba en el exterior de la vivienda de la familia Abu Jame. La vivienda quedó totalmente arrasada y en el ataque murieron 25 civiles, 19 de ellos niños.

“Es trágico pensar que estas muertes civiles podrían haberse evitado. Las autoridades israelíes deben explicar por qué decidieron arrasar deliberadamente viviendas llenas de civiles cuando tenían una clara obligación legal de minimizar el daño a la población civil, y los medios necesarios para hacerlo”, ha subrayado Luther.