Kofi Annan realizó ayer otro de sus actos de malabarismo político al abordar la situación en Irak. Alineado con Washington, el secretario general de las Naciones Unidas insistió en la necesidad de transferir a los iraquís la soberanía el 30 de junio, la fecha marcada con intereses electorales nacionales por EEUU y que ayer ratificó como inamovible su administrador en Bagdad, Paul Bremer. A la vez, Annan rechazó la convocatoria de elecciones antes de ese traspaso y apostó por trabajar en la búsqueda de "mecanismos para establecer un Gobierno interino" hasta que el país esté listo para votar.

Según informó ayer a Annan y a los miembros de 46 delegaciones Lajdar Brahimi, el enviado especial del secretario general que regresó el miércoles de su misión en Irak, es patente que el país ahora no está listo. Por eso, tras el encuentro con Brahimi, Annan insistió en que hay que buscar fórmulas que permitan realizar el traspaso de soberanía dentro del calendario marcado por EEUU y celebrar elecciones después.

CONSEJO AMPLIADO Lo que parece más probable es que se proponga ampliar el Consejo de Gobierno iraquí escogido por EEUU, aumentado sus 25 miembros actuales a 75 o 100, y hacer que ese grupo sea responsable de la elección del Gobierno interino. El problema de ese plan es determinar quién elegirá a los nuevos miembros del Consejo, algo que Annan quiere aclarar trabajando "con los iraquís y la coalición".

Que Washington haya recurrido a Annan tiene que ver con la agenda política de EEUU. Con elecciones en noviembre, la Administración Bush sabe que debe quitarse de encima parte del peso político que está suponiendo la posguerra. Annan, quizá por eso, insistió en la necesidad de que la ONU sea percibida por los iraquís como "un organismo mundial imparcial e independiente".