Tres secuestros en un solo día han colmado el vaso de la paciencia del primer ministro palestino, Ahmed Qurei. Calificando la situación en la franja de Gaza de "auténtico desastre, una catástrofe, un estado de caos sin precedentes", Qurei presentó ayer su dimisión al presidente palestino, Yasir Arafat, quien la rechazó. La crisis, pues, está servida, con negociaciones y mediaciones entre los dos implicados que deben culminar antes del lunes, cuando el Consejo de Ministros que aún preside Qurei celebrará una reunión en Ramala.

La anarquía que se vive en Gaza desde hace varios meses explotó el pasado viernes, cuando en tres acciones diferentes fueron secuestrados, y posteriormente liberados, el jefe de la policía, Ghazi al Jabali, el director de la Coordinación Militar del sur de la franja, el coronel Jaled Abú Alul, y cuatro cooperantes franceses.

Al Jabali fue secuestrado por una facción de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa para que confesara que es un corrupto y un violador. Los captores de Alul fueron un grupo de expolicías que habían sido despedidos y a los que el coronel se había negado a readmitir. Los milicianos que retuvieron a los franceses pertenecen al comité de resistencia popular del campo de refugiados de Jan Yunis y afirman que pretendían "llamar la atención sobre la situación del pueblo palestino".

REUNION DE EMERGENCIA Demasiado para Qurei, quien anunció al Gobierno su dimisión durante una reunión de emergencia y después la ratificó en dos encuentros con Arafat. "Nos ha dicho que su decisión es definitiva", declaró en primera instancia el ministro de Gobierno Local, Jamal Shokabi. "Puede haber una nueva postura si las decisiones de Arafat van por el buen camino", dijo horas después otro ministro, Azzam al Ahmad. De cómo vayan las negociaciones hasta el lunes, dependerá el futuro político de Qurei.

Entre una declaración y la otra, Arafat movió ficha. De un plumazo, anunció que aceptaba a lo que se ha estado resistiendo durante meses: reformar los servicios de seguridad, una exigencia que Qurei, como primer ministro, lleva escuchando día sí, día también por parte del Cuarteto (EEUU, UE, ONU y Rusia), de Egipto y de Jordania. Nabil Abú Rudeina, el omnipresente asesor de Arafat, anunció que los ocho cuerpos de seguridad que existen ahora se reducirán a tres: policía nacional, fuerzas de seguridad públicas y espionaje.

Arafat efectuó sus primeros nombramientos: su pariente Musa Arafat como jefe de las fuerzas de seguridad, y Saeb al Ajez como jefe de la policía en Gaza y Cisjordania. Se trata de dos fieles, lo que crea dudas sobre la voluntad del presidente para llevar a cabo esas reformas.

Preso de una febril actividad, Arafat decretó el estado de emergencia en Gaza, lo que implicó suspender las vacaciones de los miembros de las fuerzas de seguridad y reforzar la protección de las instalaciones de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). El rais también destituyó a Jabali, una de las exigencias manifestadas por sus secuestradores.

VOTACION DE LA ONU Por otra parte, la Asamblea General de la ONU votará mañana la resolución presentada por el Grupo Arabe que respalda el dictamen del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya según el cual el muro israelí en Cisjordania ha sido declarado "ilegal". La mayoría de los 191 países que forman parte de la Asamblea e intervinieron en la sesión extraordinaria del viernes expresaron su decisión de apoyar la resolución.