El asesinato del clérigo Abdel Majid al Joi ha servido de excusa a la coalición ocupante para poner al líder radical Moktada al Sadr fuera de la ley. Joi, exiliado en Dinamarca y colaborador con las tropas ocupantes, murió apuñalado en Nayaf en abril del año pasado al poco de regresar a Irak, cuando todavía no habían acabado las operaciones militares de la guerra. Aunque su asesinato no ha llegado a esclarecerse todavía, los partidarios del líder Moktada al Sadr, rival de Joi, han sido señalados con el dedo acusador como responsables del fallecimiento del clérigo.