Entró en la embajada de Ecuador con el aspecto pulido de un joven guerrero de cómic. Casi siete años después lo sacaron de la sede diplomática, transformado en un viejo desaliñado de melena y barbas blancas. Julian Assange, de 47 años, ha perdido la juventud y de momento la libertad. El cofundador de WikiLeaks está en la cárcel, después de ser detenido ayer por miembros de la Policía Metropolitana de Londres.

Los agentes pudieron penetrar en la sede diplomática después que el Gobierno de Ecuador le retirara el permiso de asilo y la nacionalidad ecuatoriana. Tras un breve forcejeo, Assange fue esposado e introducido en un furgón policial.

Pocas horas después comparecía en el Tribunal de Westminster ante el juez de distrito, Michael Snow, quien le informó que se encontraba allí por un doble motivo: primero, haber roto los términos de su libertad condicional que le impuso la justicia británica en junio del 2012. Segundo, la petición de extradición cursada por el Gobierno de Estados Unidos por un delito de piratería informática.

El Departamento de Justicia de EEUU, informa Idoya Noain, hizo público el documento de la imputación federal del fundador de WikiLeaks en el que consta de un solo cargo, «conspiración para cometer intrusión informática», y se basa en la presunta ayuda que Assange prestó en el 2010 a Bradley Manning (ahora Chelsea Manning) para que el entonces analista de inteligencia del Ejército de EEUU consiguiera una clave para entrar en ordenadores del Departamento de Defensa. La pena máxima que podría conllevar es de cinco años de cárcel.

La imputación de ayer no incluye ningún cargo de espionaje, aunque fuentes oficiales anónimas citadas por la CNN aseguraron que el Departamento de Justicia está estudiando imputar a Assange cargos adicionales. Tampoco aborda la publicación por parte de WikiLeaks durante la última campaña presidencial de material de miles de correos del Comité Nacional Demócrata, cuyos servidores fueron pirateados por agentes de Rusia según EEUU.

En Londres, el juez declaró culpable a Assange por la violación de las condiciones de libertad provisional, delito por el que podría ser condenado a doce meses de cárcel. El magistrado indicó que el comportamiento del acusado «es el de un narcisista que no es capaz de ir más allá de su propio interés». La sentencia se conocerá en las próximas semanas. En cuanto a la extradición, la primera cita en el tribunal de Westminster tendrá lugar el 2 de mayo.

LIBERTAD DE PRENSA

La abogada de Assange, Jennifer Robinson, ve en esa orden de extradición una agresión a la libertad de toda la prensa. «Esto sienta un precedente peligroso para todos los medios de comunicación y los periodistas en Europa y en todo el mundo. Este precedente significa que cualquier periodista puede ser extraditado a Estados Unidos por haber publicado información verdadera sobre Estados Unidos».

El verdadero caso de Assange es internacional. EEUU lo requiere, pero el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, insiste en que hay un acuerdo con el Reino Unido, según el cual los británicos pueden detener a Assange, pero no enviarle a ningún país que torture o ejecute a los prisioneros. «El Gobierno británico lo ha confirmado por escrito en cumplimento de sus propias normas», dijo Moreno que acusa a Assange de numerosos «incumplimientos del Protocolo Especial de Convivencia de la Embajada».