Al menos 37 integrantes de las fuerzas de seguridad de la India murieron en un atentado contra un convoy cerca de Srinagar, en Cachemira, anunció la policía en el peor ataque de este tipo desde 2002 en este país.

"Un artefacto artesanal explotó en el momento en que pasaba un convoy de la Fuerza Central de Policía de Reserva (CRPF)", dijo a la AFP un oficial de esta agrupación, Munir Ahmed Khan, asegurando que no conoce el número de heridos ya que todavía se estaban evacuando a personas del lugar.

En un mensaje en Twitter, el primer ministro indio, Narendra Modi, apuntó que "el sacrificio de nuestro valiente personal de seguridad no será en vano". De acuerdo con Modi, el ataque fue "abominable".

PODRÍA HABER MÁS MUERTOS

La agencia de noticias Press Trust of India (PTI) apuntó que el número de muertos ascendería a 39, al tiempo que otros reportes de prensa mencionaban 40 víctimas fatales. De acuerdo con PTI, algunos de los cuerpos recuperados en el local de la explosión estaban en condiciones tales, que las tareas de identificación tomarán más tiempo.

El ataque, que se produjo en una autopista situada a unos 20 kilómetros de Srinagar. Los explosivos estaban instalados en el interior de una camioneta y estallaron al paso de un convoy de 78 vehículos donde viajaban unos 2.500 integrantes de las fuerzas de seguridad.

Sin embargo las autoridades aún no saben si la camioneta con los explosivos fue conducida por un suicida o si el estallido fue controlado a distancia. Según la prensa local, el grupo islamista Jaish-e-Mohammed, basado en Pakistán, reivindicó el atentado en un comunicado.

DISPUTAS ENTRE INDIA Y PAKISTÁN

También en Twitter, el embajador de Estados Unidos en India, Kenneth Juster, expresó que "condena con firmeza los atentados terroristas".

La región de Cachemira es disputada por India y Pakistán desde 1947, cuando terminó la colonización británica. Las fuerzas en la parte bajo control indio están estimadas en unos 500.000 hombres. Desde 1989 existe una insurrección separatista e India acusa a Pakistán de apoyar clandestinamente las infiltraciones y la rebelión armada, lo que Islamabad siempre desmintió.