El primer ministro australiano, Tony Abbott, cuyo país coordina la búsqueda en el océano Índico del avión malasio desaparecido el 8 de marzo con 239 ocupantes, ha asegurado este domingo que hay "esperanzas crecientes" de que sea hallado tras la divulgación de imágenes de satélites chinos.

Al comenzar el cuarto día de la búsqueda dirigida por Australia, Abbott ha dicho en Papúa Nueva Guinea que "se han dado eventos significativos" en las últimas 24 horas, en alusión al hallazgo por parte de satélites chinos de objetos, uno de ellos de unos 22 metros, a 120 kilómetros al sudoeste del punto donde se captaron los primeros.

El jueves pasado, en el Parlamento australiano, Abbott ha anunciado el hallazgo de dos objetos, a unos 2.500 kilómetros al sur de Perth, que se cree que pueden estar vinculados al avión y que motivaron una intensa búsqueda multinacional dirigida por la Autoridad Australiana de Seguridad Marítima (AMSA).

De los radares al contacto visual

Este sábado, la tripulación de un avión avistó objetos pequeños en la zona de búsqueda, entre ellos una tarima de madera, que aún no se ha confirmado si pertenece al Boeing 777-200 desaparecido. Cuatro aviones civiles y otros tantos de tipo militar llegaron al área de búsqueda, que se ha ampliado a 59.000 kilómetros cuadrados, y comenzaron alrededor de las 16.00 hora de Sídney (las 6 de la mañana), según ha confirmado este domingo Mike Barton, un representante de AMSA. Además, aviones japoneses y chinos han llegado a Australia Occidental para unirse este lunes a la misión de localización de los supuestos objetos vinculados al aparato.

Barton ha precisado que la búsqueda ha cambiado radicalmente, porque anteriormente se basaba en los radares y ahora es visual. "China nos ha dado una imagen y la hemos incorporado en la búsqueda", ha explicado el funcionario al precisar que "el área sigue cambiando debido al movimiento de las aguas", según ha informado el diario 'The Australian' en su edición electrónica.

Aaron Halstead, gerente del Servicio Real de Médicos del Aire --que trabajan en misiones de rescate-- ha destacado este domingo en la cadena ABC que el lugar es sumamente remoto, ya que se encuentra entre la isla antártica Heard y Perth. Además está marcado por el fuerte oleaje y las condiciones meteorológicas que cambian súbitamente, lo que dificulta las labores, ha agregado.

Las lluvias torrenciales del continente antártico

"Hay lluvias torrenciales en el continente antártico y, aunque parezca muy lejano, siempre están marcando los patrones meteorológicos", y a esto hay que añadir "la corriente circumpolar, que va de oeste a este alrededor de la Antártica, y que pasa por debajo de Australia, marcando su clima", ha subrayado Halstead.

Esta corriente antártica se mueve a una velocidad media de 1,8 kilómetros por hora, así que en un periodo de cuatro días, según el tamaño de los restos y cómo son arrastrados por el agua, podría desplazarse unos 200 kilómetros.