Durante sus veinte años de reinado, Mohamed VI ha tenido que hacer frente a protestas y un creciente descontento social, fruto de una economía que, si bien es cierto ha logrado importantes avances, también ha dejado en la cuneta a muchos marroquís. El gobernador del Banco Central marroquí, Abdelatif Jouahri, reconoció ayer que la economía de Marruecos no ha cumplido con las crecientes demandas sociales, al tiempo que advirtió que el país magrebí padece de crecimiento lento y endeudamiento.

El país creció un 3% durante el pasado año y se espera que se desacelere a un 2,7% en el 2019, con una tasa de desempleo del 10% y uno de cada cuatro jóvenes desempleados. Jouahri pidió una reforma educativa en línea con los requisitos del mercado laboral.

«Poner a Marruecos en una senda de crecimiento constante requiere aumentar la competitividad y abordar las vulnerabilidades estructurales de las empresas al tiempo que reduce la escala del sector informal», manifestó el gobernador del Banco Central.