La población civil volvió a ser víctima ayer de la escalada de violencia que vive Irak. Al menos cinco personas murieron por bombas de la aviación estadounidense y otras cuatro perecieron en una explosión provocada por un grupo de la resistencia. En otras acciones armadas, seis miembros de la Guardia Nacional perdieron la vida.

La aviación estadounidense se ensañó durante cuatro largas horas contra Ciudad Sadr. El alto mando estadounidense aseguró que los ataques iban dirigidos contra seguidores del clérigo Moktada al Sadr, y que cuatro de ellos fueron liquidados. Un médico del Hospital Imam dijo que, además de cinco civiles muertos, más de 40 resultaron heridos.

Mientras, en Mosul, a 240 kilómetros de la capital, un coche bomba de la resistencia estalló en el centro de la ciudad y mató a tres guardias nacionales, mientras que la explosión de otro vehículo conducido por un suicida acabó con la vida de otros tres policías en Faluya.

El ministro de Exteriores francés calificó la situación en Irak de "agujero negro", y dijo que los grupos armados iraquís deberían estar representados en una eventual conferencia de paz.

Por su parte, el rey Abdalá de Jordania afirmó ayer en Roma que las dos voluntarias italianas secuestradas en Bagdad "están vivas". El monarca dijo que los servicios de espionaje de su país hacen "todo lo posible" por liberarlas, informa R. Dom¨nech.