La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, asegura que las violaciones de las libertades fundamentales en Venezuela son causantes del deterioro de las condiciones sociales y económicas, pero reconoció que éstas últimas se han agravado por las sanciones.

"La situación en Venezuela ilustra claramente la manera en que la violación de los derechos civiles y políticos, incluyendo la falta de respeto a las libertades fundamentales y a la independencia de instituciones claves, puede acentuar el declive de los derechos económicos y sociales", ha dicho.

Bachelet intervino hoy en la 40 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para presentar su informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, en el que repasa brevemente la situación de cada país donde se considera que la situación es alarmante.

Imposibilidad de importar

Respecto a Venezuela, la alta comisionada admitió que la situación "ha sido agravada por las sanciones". Una argumentación que avala el discurso del Gobierno de Maduro que, sistemáticamente, se refiere a las sanciones que sufre -en particular las que le impiden acceder a créditos en el sistema financiero internacional y aquellas que implican el bloqueo de dinero del país en entidades financieras estadounidenses- como el impedimento para importar productos básicos y medicinas para la población.

Bachelet sostuvo que lo que sucede en Venezuela funciona como una espiral en la que las dificultades económicas y sociales generan protestas, las que a su vez dan lugar a actos de represión y a mayores violaciones de los derechos civiles y políticos.

Éxodo masivo

Venezuela, sumida en una gravísima crisis económica con hiperinflación y escasez de todo tipo de bienes y servicios, lo que ha generado en los últimos meses un éxodo masivo de su población, que intentan dejar su país ante el agobio de no contar con lo más mínimo para vivir y con la esperanza de encontrar un destino donde mejorar su situación.

La situación ha generado una crisis migratoria que afecta a prácticamente todos los países de Sudamérica, que poco a poco han sido rebasados por la llegada de miles venezolanos. De acuerdo con la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), de los 2,3 millones de venezolanos que viven en el extranjero y que representan 7,5% de la población total, más de 1,6 millones han huido desde 2015.