Moktada al Sadr y su Ejército del Mehdi esperaban ayer una nueva ofensiva militar contra Nayaf, tras anunciar Bagdad el fracaso de las negociaciones y la reanudación de las hostilidades. Ambas partes se acusaron de romper el diálogo iniciado el viernes para poner fin a los combates en la ciudad santa, mientras las tropas de EEUU volvían a tomar posiciones para atacar a los rebeldes shiís. Al romperse la tregua, Bagdad, que teme que Sadr cumpla su amenaza de sabotear la producción de petróleo, cerró el oleoducto del sur de Irak, por donde circula la mayor parte del crudo.

"Consideramos que las conversaciones sólo fueron un engaño del Gobierno iraquí para atenuar el fuerte descontento entre la opinión pública", denunció uno de los portavoces del clérigo radical, Kais al Jazali, tras el fracaso del diálogo. Jazali dijo que no hubo ninguna discrepancia sobre los puntos que se estaban negociando, y culpó al primer ministro, Iyad Alaui, de la ruptura.

LOS ESFUERZOS DE BAGDAD "Nos habíamos puesto de acuerdo en todos los puntos, pero Alaui puso fin a las negociaciones y llamó a su enviado especial de regreso a Bagdad justo cuando las tropas estadounidenses empezaban a avanzar sobre Nayaf por dos frentes", dijo el portavoz.

El negociador del Gobierno iraquí, el consejero de Seguridad Nacional Muafak al Rubai, culpó por su parte a una facción de los allegados a Sadr de haber torpedeado las negociaciones. "Hace tres días, Moktada me pidió, a través de un intermediario, que viniera a Nayaf para entrevistarme con él. Sin embargo, un pequeño grupo no quería que ese encuentro tuviera lugar", explicó. "Hemos hecho muchos esfuerzos --añadió--, pero ahora el Gobierno piensa que es mejor que vuelva a Bagdad".

CASCOS AZULES EN LA CIUDAD Interrogado sobre la reanudación de los ataques contra la ciudad, el consejero contestó de forma tajante: "Sí, van a reanudarse". Poco antes de que se rompiera el diálogo, Sadr se había mostrado dispuesto a que la ONU desplegara cascos azules en Nayaf. "Preferimos la ONU a las fuerzas de ocupación, ya que Irak forma parte de las Naciones Unidas", dijo otro de sus portavoces, Ahmed Chaibani.

Mientras las tropas de EEUU volvían a acercarse a Nayaf, en las calles de la ciudad permanecían miles de shiís venidos de los pueblos y ciudades de Irak a apoyar a Sadr.

1,8 MILLONES DE BARRILES DE CRUDO La inminencia de una nueva ofensiva sobre esta ciudad ha obligado al Gobierno a cerrar el principal oleoducto del país, el de Basora, que Sadr había amenazado con atacar si las tropas de EEUU entraban en Nayaf. Un informe policial señala, de hecho, que los guerrilleros rebeldes estaban preparando un atentado.

"Es mejor no retar a Sadr", dijo un portavoz de la Compañía de Petróleo del Sur, que gestiona el oleoducto por donde circulan a diario 1,8 millones de barriles. Casi al mismo tiempo volvía a funcionar el oleoducto del norte, que lleva el crudo al puerto turco de Ceyhan.