Tras haber anunciado a bombo y platillo la detención de Izat Ibrahim al Duri --el número dos del régimen de Sadam Husein y el hombre más buscado en Irak desde la captura del dictador-- el Gobierno iraquí tuvo que dar ayer marcha atrás y desmentir su captura.

El portavoz del Ministerio de Defensa y dos ministros del Gobierno interino de Bagdad habían asegurado el domingo que Duri había sido detenido cerca de la ciudad de Tikrit, e incluso dieron cuenta de una vasta operación militar, en la que supuestamente habían participado efectivos de la policía iraquí con apoyo de tropas norteamericanas y causado más de 70 muertos, y que resultó ser inexistente.

GOLPE A LA CREDIBILIDAD Aunque se produjo un arresto, las autoridades han tenido que esperar a los resultados de las pruebas del ADN para poner fin a la controversia y descartar que el detenido sea el antiguo lugarteniente de Sadam. Según el Ministerio de Interior, el arrestado es una persona vinculada a Duri, a quien las fuerzas de seguridad también seguían el rastro desde hacía algunos meses. La confusión creada supone un golpe a la credibilidad del Gobierno y arroja serias dudas sobre su efectividad y su capacidad para actuar como un órgano unido.

Por otro lado, siete soldados de EEUU y tres miembros de la Guardia Nacional iraquí murieron ayer tras ser atacado el convoy en el que viajaban cerca de Faluya. En el ataque, el peor que sufre el Ejército de Estados Unidos en Irak desde el mes de mayo, los insurgentes utilizaron un coche lleno de explosivos que estalló al paso del convoy. En Bagdad, en el céntrico barrio de Um al Tubul, un convoy de vehículos norteamericanos fue atacado ayer por la tarde en los alrededores de la mezquita.

El pasado domingo, un ataque con morteros cerca de la capital causó la muerte a otros dos marines estadounidenses. Con estas bajas, el total de soldados del Ejército de EEUU muertos en Irak desde que se inició la invasión, en marzo del 2003, asciende ya a 985.