Quizá hablar de Barack Obama como el potencial primer presidente negro de Estados Unidos es demasiado precipitado. Pero algunos lo hacen ya, especialmente desde el martes, cuando Obama dio en la convención demócrata un emocionante, optimista, integrador y patriótico discurso que provocó aplausos y lágrimas y que ha logrado el consenso periodístico desde la MTV hasta las páginas editoriales más serias: ha nacido "un fenómeno", "el Tiger Woods de los demócratas".

A punto de cumplir 43 años y tras 7 en la Cámara alta de Illinois, Obama dio en el Fleet Center el salto que le hacía falta para entrar de lleno en el paisaje político nacional, un salto que debería confirmarse en los comicios de noviembre, en los que intentará convertirse en el quinto negro de la historia que alcanza un escaño en el Senado Federal.

Hijo de una mujer blanca de Kansas y un inmigrante keniata, Obama nació en Hawai, se graduó en Política en Columbia y estudió Derecho en Harvard. Más tarde, inició su carrera política. Desde el martes es, como dijo un asistente a la convención, "la encarnación del futuro del partido". Integrador, optimista y negro.